Jerusalén
El primer ministro israelí Benjamín Netanyahu comparó Irán con los nazis el miércoles durante el inicio de las actividades por el día de la recordación del Holocausto y advirtió que es necesario evitar que la república islámica adquiera armas nucleares.
Netanyahu comparó el genocidio nazi de 6 millones de judíos en la Segunda Guerra Mundial con el programa nuclear iraní y algunas de las reiteradas referencias de líderes iraníes a la destrucción de Israel.
"De la misma manera que los nazis trataron de destruir la civilización y reemplazarla con una 'raza superior' a la vez que destruían al pueblo judío, Irán trata de tomar el control de la región y expandirse con la meta declarada de destruir el estado judío", dijo Netanyahu.
Israel considera una amenaza a su propia existencia que Irán obtenga armas nucleares, señalando que Teherán apoya a los enemigos más enconados de Israel, como Hezbolá en Líbano y los grupos palestinos Hamás y la Yihad Islámica.
"En vez de exigir a Irán que desmantele su capacidad nuclear y condicione el levantamiento de las sanciones al fin de sus agresiones, las potencias mundiales se están retirando, dejando a Irán con capacidades nucleares e incluso le permiten que la amplíe más adelante sin tener en cuenta sus acciones en el Medio Oriente y el mundo", dijo Netanyahu.
Netanyahu ha sido uno de los críticos más francos del acuerdo tentativo entre las potencias mundiales con Irán para limitar su programa nuclear a cambio de reduje las sanciones económicas. Teherán y las potencias llegaron a un acuerdo marco a principios de este mes y se espera que el acuerdo definitivo esté listo para el 30 de junio.
La Alemania nazi y sus colaboradores exterminaron 6 millones de judíos en el Holocausto, lo que significó una tercera parte de los judíos en todo el mundo.
La ceremonia anual es uno de los días más solemnes del calendario israelí. Los restaurantes, cafés y centros de entretenimiento cierran y los programas de radio y televisión se dedican casi exclusivamente a documentales sobre el Holocausto, entrevistas con sobrevivientes y música lúgubre.
El jueves por la mañana el país se paralizará durante dos minutos mientras suenan las sirenas. Peatones y vehículos se detienen, y los pasajeros se ponen de pie con la cabeza gacha.