Santiago. AFP Ninguna organización reivindicó la fuerte explosión que ocurrió este lunes en una zona de locales del metro de Santiago y dejó 10 heridos, ninguno de ellos en riesgo vital, en un hecho que el Gobierno calificó como “acto terrorista”.
La Fiscalía dio cuenta de 10 heridos, seis de los cuales sufrieron un trauma auditivo debido al ruido de la explosión, y cuatro, daños físicos por esquirlas.
“Se trata de un acto que tiene todas las características de un hecho terrorista, no cabe duda”, dijo en una comparecencia ante los medios el portavoz del Gobierno, Álvaro Elizalde.
[[BEGIN:INLINEREF LNCVID20140908_0018]]La explosión[[END:INLINEREF]] se produjo en el sector de locales de comida de la estación Escuela Militar, en pleno horario de almuerzo, y según informaciones oficiales fue producto de un artefacto elaborado con un extintor y un dispositivo de relojería instalado en un basurero.
“Vi gente herida, sangrando, gritando, llorando, tomando fotos”, dijo Silvana, cocinera de un restaurante aledaño al atacado. “Nunca imaginamos que era una bomba”, agregó.
País seguro. En un llamado a la calma, la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, aseguró que “lo sucedido es horrible, pero Chile es y seguirá siendo un país seguro”.
“Escuché el sonido atronador y sentí el olor a pólvora”, contó Hernán Capdeville, uno de los miles de transeúntes que pasan cada día por esta estación de metro de la Línea 1, la más concurrida de la capital.
Según el viceministro del Interior, Mahmud Aleuy, “los sospechosos son dos personas jóvenes” que habrían huido en un vehículo.
El Gobierno adelantó que invocará la ley antiterrorista contra los responsables.
Las líneas del metro siguieron funcionando normalmente, aunque la parada en la estación Escuela Militar fue suspendida temporalmente.
Bachelet calificó el atentado de acto “abominable” y “de los más cobardes” vistos en Chile porque “tiene como objetivo dañar a las personas, generar temor e incluso la muerte de personas inocentes”.
Más de un centenar de explosiones de artefactos artesanales han ocurrido en los últimos cinco años en el país, contra cajeros automáticos, bancos, gimnasios, embajadas o restaurantes, entre otros, pero hasta ahora solo habían ocasionado destrozos y algún herido leve y habían tenido lugar en espacios poco transitados o en la noche.
Inicialmente fueron reivindicadas por grupos que se autodenominaban con nombres de antiguos anarquistas. En los últimos meses, volvieron a producirse.
Un artefacto estalló el 14 de julio en un vagón del metro cuando ya no había pasajeros, pero el incidente activó las alarmas del Gobierno, que reforzó la vigilancia, y designó un fiscal con dedicación exclusiva para investigar los ataques.
Según Francisco Bravo, el fiscal especial que quedó también a cargo de la investigación, el artefacto detonado este lunes es similar al instalado en julio.
Por su parte, el opositor partido Renovación Nacional aseguró que esta situación “se podría haber evitado”, y afirmó que “hay un patrón que se repite” en este tipo de atentados.