Nueva York. AFP. Barack Obama y su homólogo iraní Hasán Ruhaní abrieron ayer un camino diplomático por el programa nuclear de Teherán, en una Asamblea General de la ONU marcada también por una dura carga de la brasileña Dilma Rousseff por el caso de espionaje estadounidense.
Ante los líderes mundiales reunidos en Nueva York, el mandatario estadounidense pidió, por otra parte, actuar para frenar la guerra civil en Siria, y advirtió de que su país continúa listo para usar la “fuerza militar”.
En la jornada de apertura de la 68.ª Asamblea General, Obama tendió su mano –con reservas– a Irán, cuyo nuevo presidente intenta convencer a Occidente de las buenas intenciones del programa nuclear de su país, de quien se cree intenta dotarse de la bomba atómica.
“Creo firmemente que se debe intentar una vía diplomática”, dijo Obama, al señalar empero que las “palabras conciliadoras deberán ser igualadas por acciones que son transparentes y verificables”.
Se esperaba que Ruhaní, que reemplazó al confrontativo Mahmud Ahmadineyad, pudiese reunirse con Obama , pero el presidente iraní dijo en una entrevista con CNN que “no hubo tiempo” para concretar el encuentro.
Una reunión o incluso un apretón de manos entre Obama y Ruhaní habría significado un avance impactante entre dos países que no tienen relaciones diplomáticas desde 1979.
Pero el presidente iraní sí se reunió con su homólogo francés François Hollande, una entrevista inédita a este nivel entre ambos países desde 2005, cuando Jacques Chirac recibió en París al reformista Mohammad Jatamí.
Luego, en su discurso en el plenario de la ONU, Ruhaní dijo que su país no representa “absolutamente ninguna amenaza” para el mundo, y pidió a Obama ignorar a los “grupos de presión proguerra”.
Enojo brasileño. Tal como se esperaba, la mandataria brasileña Rousseff pronunció un implacable discurso contra el reciente caso de espionaje de EE. UU., calificándolo de “quiebre del derecho internacional” y exigiendo un control multilateral del uso de Internet.
“Semejante injerencia es un quebrantamiento del derecho internacional y una afrenta”, dijo una enojada Rousseff, que suspendió una visita de Estado a Washington prevista para el 23 de octubre por esta cuestión.
Documentos filtrados por el exconsultor de inteligencia Edward Snowden y publicados en la prensa, indican que la Agencia Nacional de Seguridad estadounidense (NSA) espió comunicaciones de Rousseff y la petrolera estatal Petrobrás.
En la parte latinoamericana, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, instó a las FARC a apurar las negociaciones para lograr un acuerdo de paz y a convertirse en una futura aliada del Gobierno en contra del narcotráfico. Lamentando que tras once meses de conversaciones en Cuba, el Gobierno colombiano ha logrado un solo acuerdo con la guerrilla, Santos mostró un moderado optimismo sobre el alcance de un acuerdo que ponga fin definitivo a medio siglo de conflicto interno.