Madrid
El ministro español del Interior, Jorge Fernández Díaz, apeló a la "solidaridad" de la Unión Europea en la lucha contra la inmigración ilegal con "medios humanos y materiales", durante una visita este jueves al enclave norteafricano de Melilla.
Después de Ceuta el miércoles, el ministro visitó la otra ciudad autónoma española norteafricana, sometida desde hace algunas semanas a una presión migratoria que recuerda la época de las llegadas masivas de inmigrantes a territorio español en 2005 y 2006.
Tras la muerte de 15 inmigrantes subsaharianos, que se ahogaron el 6 de febrero al intentar entrar en Ceuta a nado desde Marruecos, el gobierno español fue duramente criticado por la actuación de su policía ese día, acusada de disparar pelotas de goma contra los inmigrantes.
Desde entonces, el gobierno no deja de defender la actuación de la guardia civil, y de recordar a sus socios europeos que Ceuta y Melilla, únicas fronteras terrestres de la Unión Europea con África, no son solo la puerta de entrada a España.
"Se necesitan políticas eficaces y reales, que Europa, la Unión Europea, que la Comisión Europea tiene que materializar en términos de solidaridad y en términos de responsabilidad compartida", dijo este jueves el ministro español ante la prensa.
"Con el esfuerzo que se hace desde aquí, desde estas dos ciudades, se está contribuyendo a garantizar la seguridad de los Estados miembros del conjunto de la Unión Europea, que, por tanto, han de manifestar esa solidaridad y esa responsabilidad compartida, también como no puede ser de otra manera en términos de recursos y medios humanos y materiales", añadió.
El ministro anunció un reforzamiento del dispositivo fronterizo para tratar de impedir los intentos de entrada a las dos ciudades, con una nueva valla "anti-trepa".
Tras la tragedia del 6 de febrero, la guardia civil recibió la consigna de no usar pelotas de goma para repeler los asaltos de los inmigrantes. Paralelamente, se han multiplicado los intentos de entrar en las dos ciudades.
En Ceuta, más de 1.600 inmigrantes subsaharianos intentaron, sin éxito, entrar en el enclave el martes.
En Melilla, donde la presión migratoria es aún mayor, más de 500 inmigrantes han superado en las últimas dos semanas la triple valla fronteriza que la separa de Marruecos. El centro de estancia temporal gubernamental, el CETI, aloja a 1.300 personas pese a que sólo cuenta con 480 plazas.