Bruselas
Los mandatarios europeos adoptaron este sábado por unanimidad su firme estrategia para los dos años de negociaciones de divorcio con Reino Unido, en una cumbre sin su homóloga británica en la que subrayaron su unidad de cara a la salida del Reino Unido de la Unión Europea (un proceso conocido como brexit).
"Orientaciones adoptadas por unanimidad. El justo y firme mandato político de la UE a 27 para las negociaciones del brexit está listo", tuiteó el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, después que los mandatarios las aprobaran en pocos minutos y entre aplausos.
El encuentro sirvió para que unos mandatarios acostumbrados a maratonianos debates subrayaran su unidad en este asunto, después del reciente cruce de declaraciones con la primera ministra británica, Theresa May, quien acusó a los 27 de estar juntos contra Reino Unido.
May reaccionaba así a las palabras de su homóloga alemana, Angela Merkel, que advirtió a Reino Unido que no se hiciera ilusiones respecto a las negociaciones.
"Que nosotros, los 27, estemos juntos y hablemos con una sola voz, es lo más natural del mundo. Pero eso no significa que nos aliemos contra nadie", respondió la canciller este sábado.
Los líderes aprovecharon también para lanzar dos mensajes al Gobierno británico: El brexit tendrá un precio que no tiene por qué ser punitivo, en palabras del presidente francés François Hollande, y Londres debe tomarse en serio estas conversaciones, según el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.
Reino Unido comunicó formalmente el 29 de marzo su decisión de convertirse en el primer país del bloque en marcharse y, desde entonces, ambas partes aceleran los preparativos de unas negociaciones que se anuncian complejas y en las que la UE ya plasmó sus prioridades.
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El bloque ha hecho del respeto de los derechos de los cerca de cinco millones de ciudadanos tanto europeos como británicos afectados por el brexit su principal prioridad, por lo que Donald Tusk pidió a Londres una respuesta seria en este sentido.
"Necesitamos garantías reales para nuestro pueblo para vivir, trabajar y estudiar en Reino Unido y lo mismo para los británicos" que viven en Europa, agregó el presidente del Consejo Europeo, cuyas orientaciones reclaman acceder a la "residencia permanente" tras "cinco años de residencial legal" ininterrumpida.
En números
Las otras prioridades son la factura a pagar por Reino Unido por su marcha, que fuentes europeas cifran en hasta 60.000 millones de euros, y la frontera entre Irlanda y la británica Irlanda del Norte, máxime cuando nadie quiere el regreso del conflicto desactivado con los Acuerdos de Viernes Santo.
En este sentido, los mandatarios apoyaron la petición de Dublín de que se tenga en cuenta que si Irlanda del Norte decide un día unirse a su vecina, este territorio británico pase a formar parte directamente de la UE, tal y como establecen los acuerdos de paz de 1998.
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Sin progresos significativos en estos tres puntos de las negociaciones de divorcio, los europeos no abrirán las discusiones sobre las futuras relaciones con Reino Unido, que podrían incluir un acuerdo de libre comercio y que Londres prefiere discutir simultáneamente.
Las conversaciones sobre la futura relación, que podrían acabar con la unidad mostrada hasta ahora por los 27, comenzarían si todo sigue su curso a partir del otoño boreal, indicó Merkel citando al negociador europeo para el brexit, Michel Barnier.
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Cualquier futuro acuerdo a ambos lados del Canal de la Mancha deberá contar además con el acuerdo previo de Madrid y Londres para poder aplicarse en el disputado enclave de Gibraltar, acordaron también los mandatarios, una obviedad para el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy.
Tras la cumbre, la Comisión Europea publicará su propuesta de directrices de negociación, los 27 darán el mandato negociador a Barnier y, todo ello, antes de las elecciones británicas anticipadas del 8 de junio, a cuyo término la UE espera poder finalmente empezar a negociar.
May convocó estas elecciones con el objetivo de reforzar su posición en las negociaciones, si bien los mandatarios europeos relativizaron el impacto de una eventual victoria aplastante de la británica, ya que para entonces las orientaciones de negociación ya estarán fijadas.
Para el primer ministro luxemburgués, Xavier Bettel, los comicios británicos son un problema interno, en el que la primera ministra británica buscará el apoyo de la población para no tener un brexit duro o blando, sino el brexit de Theresa.