Vaticano, AP. En un gesto cargado de simbolismo y humildad para la Iglesia católica, el papa Francisco lavará los pies de jóvenes refugiados este Jueves Santo.
El Vaticano no precisó si habrá o no católicos entre los 12 muchachos elegidos para este tradicional rito de Semana Santa, el cual se realizará en un centro de asilo en Castelnuovo di Porto, al norte de Roma.
No obstante, un funcionario vaticano, el arzobispo Rino Fisichella, comentó que la mayoría de los residentes en dicho refugio profesan otros credos religiosos.
Lo que sí es probable es que entre los jóvenes haya mujeres.
Dicho ritual representa el lavado de pies que hizo Jesús a sus apóstoles antes de ser crucificado.
Semanas después de ascender al trono pontificio, Francisco impactó a los conservadores al lavar los pies de mujeres y musulmanes en un centro de detención juvenil.
Luego, lo hizo con otros musulmanes y con un transexual brasileño en la cárcel principal de Roma.
Durante mucho tiempo, las reglas del Vaticano indicaban que solo hombres deberían participar, para recordar a los 12 apóstoles de Jesús y para cimentar la doctrina de un sacerdocio exclusivamente masculino.
Sin embargo, en enero Francisco cambió las reglas para permitir explícitamente que mujeres participen en la ceremonia.
Las nuevas normas dicen que cualquier miembro del “pueblo de Dios” puede ser escogido.
Si bien esa frase se refiere a los cristianos bautizados, el decreto indica que los pastores deben instruir “a los fieles escogidos y otros para que participen del rito de manera consciente, activa y fructífera” , lo cual da a entender que el ritual puede extenderse a personas que no son católicas.
Fisichella, quien encabeza la iniciativa papal del Año de la Misericordia, resaltó el simbolismo de escoger un centro para refugiados en vista de las crisis migratorias.
“Su intención (la del Papa) es decirnos que en este momento histórico, debemos prestar atención a los más débiles y que estamos llamados a restaurar su dignidad sin caer en los subterfugios”, escribió el prelado en el diario vaticano L’Osservatore Romano .
El hecho de que la mayoría de los residentes del asilo no son católicos “es una (señal) aún más elocuente” de que el respeto mutuo es el mejor camino hacia la paz, escribió.
“Al lavar los pies de los refugiados, el papa Francisco pide que respetemos a cada uno de ellos”, puntualizó.