Bilbao. AFP. La organización terrorista vasca ETA –que pugna por la independencia del País Vasco– anunció ayer que comenzó a poner “fuera de uso” parte de su armamento, más de dos años después de detener los actos de violencia.
La denominada Comisión Internacional de Verificación (CIV) del alto el fuego, un grupo de expertos no reconocidos por Madrid, anunció durante una visita al País Vasco haber constatado que ETA “ha sellado y ha puesto fuera de uso operativo una cantidad determinada de armas, munición y explosivos”.
Poco después, las páginas web de la televisión británica BBC y el diario vasco Gara divulgaron un video, grabado en enero en un lugar desconocido, en el que se podía ver a dos activistas de ETA, encapuchados, mostrando una serie de armas a dos expertos de la comisión.
Las imágenes enseñan una pequeña cantidad de armas –un subfusil, una pistola y dos revólveres, así como 300 balas y cerca de 17 kilos de explosivos–, según el inventario publicado por la comisión.
El anuncio de los expertos llega después que el 7 de febrero la organización dijo que “sin tardar” haría “aportaciones significativas” para consolidar la paz en esta región del norte de España.
La inutilización de una primera cantidad de armas es un paso “creíble y significativo”, afirmó el líder la CIV, el srilankés Ram Manikkalingam. “Creemos que esto conducirá a la puesta de fuera de uso operativo de todas las armas, munición y explosivos de ETA”, añadió.
Un inicio. “Es un pequeño paso, no suficiente, pero que cubre una primera y necesaria etapa para el desarme completo”, consideró el presidente regional vasco, el moderado Íñigo Urkullu, del Partido Nacionalista Vasco (PNV) .
Muy debilitada en los últimos años por los golpes policiales, ETA rechazaba hasta ahora hablar de desarme, mientras no se tomaran en cuenta sus reivindicaciones, principalmente una mejora de las condiciones penitenciarias para sus presos, más de 500 dispersos por las cárceles de España y Francia.
Los empresarios vascos, durante décadas extorsionados por la organización armada, también celebraron este “paso”, pero señalaron que “la sociedad vasca lo que quiere es que ETA se desarme, desaparezca y haga un reconocimiento del daño que ha causado durante tantos años”, según su secretaria general, Nuria López de Guereñu.
Por su parte, el gobierno conservador de Mariano Rajoy siguió reclamando la disolución incondicional del grupo y subrayó que la única verificación debe venir de parte de la Policía española.
“Si de verdad quiere desprenderse de unas armas, con la Guardia Civil y la Policía nos basta”, manifestó el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz.
No obstante, reconoció que “todo lo que sea avanzar en el camino de la desaparición de ETA es positivo y todo lo que sea entregar las armas es positivo”.
Por su lado, el partido independentista vasco Sortu lamentó que sea “imposible realizar un desarme efectivo porque al día de hoy el Gobierno español no quiere que se produzca e interpone todos los obstáculos posibles”.