Tegucigalpa. AFP. Parte de los líderes empresariales hondureños que estuvieron en las primeras filas del golpe de Estado que derrocó en el 2009 al presidente Manuel Zelaya, ven ahora a Xiomara Castro, candidata de izquierda y esposa del exmandatario, como una opción de cambio en las elecciones del 24 de noviembre.
El presidente de la influyente Asociación Nacional de Industriales (ANDI), Adolfo Facussé, quien se manifestó a favor del golpe del 28 de junio del 2009, ha dado la sorpresa: declara simpatías hacia la aspirante del Partido Libertad y Refundación ( Libre ), fundado por Zelaya.
“Tenemos empresarios de todos los partidos. Libre tiene algo que me atrae mucho a mí: es la promesa del cambio. El país definitivamente debe cambiar”, dijo el influyente empresario, quien calificó al actual gobierno de Porfirio Lobo como “un desastre”.
Facussé va más allá y dice ver en el candidato del gobernante Partido Nacional (PN, derecha), Juan Orlando Hernández, “disposición de convertirse en un presidente con características autocráticas”. Pero Hernández, en empate técnico con Castro según las últimas encuestas, minimiza los señalamientos de Facussé y dice contar con el apoyo de importantes industriales, a quienes ofrece desarrollo de proyectos de inversión, como las polémicas ciudades “modelo”, al estilo de Hong Kong.
Aline Flores, presidenta del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep) dejó en claro ayer, en medios locales, la división en el seno empresarial: (Facussé) “siempre ha tenido su propia opinión y lo respeto, pero no comparto algunas cosas porque nosotros estamos en un sistema democrático”.
Aunque Hernández dice que Facussé es prácticamente el único líder empresarial en su contra, varios dirigentes figuran en las planillas electorales de diferentes partidos, incluido Libre, que en su fórmula lleva a la dirigente de los gasolineros, Juliete Handal, como candidata a designada presidencial (una figura como la del vicepresidente en Costa Rica).
Acusaciones en campaña. El candidato oficialista ha apostado al temor en la campaña, al afirmar que con Castro volverá la “confrontación” porque propone convocar a una asamblea constituyente –uno de los detonantes del golpe contra Zelaya– para “refundar” el país.
Facussé, quien no ve conveniente esa propuesta de Castro, sugiere más bien que el Congreso que resulte electo sea el que lleve a cabo reformas profundas en el país.
Zelaya fue derrocado por una alianza de militares, políticos y empresarios por su acercamiento a la izquierda latinoamericana, comandada en ese entonces por el presidente de Venezuela, Hugo Chávez.
“Yo no me asusto con las ideas de izquierda, de una izquierda inteligente (...). A El Salvador no le ha ido mal; en Nicaragua los empresarios están contentos. Nosotros, sin tener un gobierno de izquierda, tenemos un gobierno imbécil. A los empresarios no nos conviene gente muerta de hambre, gente pobre”, dijo Facussé.
En Honduras, la pobreza cerrará este año en cerca del 80%.