Oslo. AFP. La joven pakistaní Malala Yousafzai, un médico congoleño que ayuda a las mujeres que han sufrido violaciones y agrupaciones rusas y bielorrusas que militan por los derechos humanos se perfilan como favoritos para ganar el premio Nobel de la Paz, que será anunciado mañana en Oslo.
La lista de candidatos permanece en secreto y la única certeza es el nuevo récord de 259 individuos y organizaciones que compiten este año por ese galardón.
En vísperas del anuncio, muchos opinan que Malala , cuya lucha por la educación de todos los niños casi le cuesta la vida , debería ser reconocida con el Nobel.
Kristian Berg Harpviken, director del Instituto de Investigación sobre la Paz de Oslo (PRIO) , estimó que concederle el premio a Malala, quien sobrevivió el año anterior a un ataque de los talibanes, enviaría un mensaje importante sobre las mujeres y la educación. La distinción destacaría su papel “en la educación, y su importancia para la paz, la democracia y los derechos humanos”, opinó.
Con solo 16 años, Malala sería la laureada más joven en la historia de los premios Nobel. A pesar de sus méritos, su juventud podría ser un impedimento, según reconocen otros observadores.
“Atribuir este galardón a una niña podría ser antiético”, opinó Tilman Bruck, director del Instituto Internacional de Investigación sobre la Paz de Estocolmo (SIPRI).
El periodista estadounidense Scott London, especialista en el Nobel de Paz, estimó que elegir a Malala podría ser controvertido para un comité que tiene en su historia unas cuantas elecciones criticadas, como la del presidente Barack Obama Barack Obama en el 2009 y la de la Unión Europea, el año pasado.
Además, “muchos estiman que el premio se ha vuelto demasiado politizado y que los laureados son elegidos menos por sus méritos que por su valor mediático”, señaló London.
El ginecólogo congoleño Denis Mukwege, quien ha sido candidato en otras ocasiones, aparece como otro de los favoritos, según el historiador noruego Asle Sven, autor de varios libros sobre el Nobel.
Mukwege, quien también fue víctima de un intento de asesinato en octubre del 2012, asiste cada año a millares de niñas y mujeres víctimas de violación, un arma de guerra utilizada frecuentemente por las tropas en la República Democrática del Congo.
La organización no gubernamental Human Rights Watch señaló, por su parte, que activistas rusos de derechos humanos podrían interesar al jurado del Nobel.