Ciudad del Vaticano. AFP. El papa Francisco inicia el miércoles un viaje a Kenia, Uganda y República Centroafricana, en la gira más arriesgada de su pontificado. Se prevé que haya multitudes en torno a su papamóvil, una visita a una mezquita y al menos una reunión con habitantes de barrios pobres.
El Pontífice argentino, de 78 años, desea así promover paz, reconciliación, justicia social y diálogo entre el islam y el cristianismo durante los intensos cinco días que pasará en el llamado Continente Negro, del 25 al 30 de noviembre. Como ha ocurrido en otros continentes, Francisco escogió países con problemas, los más sufridos.
El viaje se da en un momento delicado por las tensiones que reinan tanto en Europa como en África a causa de los atentados en París, y la toma de rehenes en un hotel en Bamako, capital de Mali, con el yihadismo empeñado en desestabilizar el equilibrio de buena parte del mundo.
Accesible. El programa de la undécima salida al extranjero de Su Santidad incluye 19 discursos y numerosos encuentros con la población local, fiel a su estilo sencillo y accesible.
“Estamos viviendo un tiempo en el que los fieles de cada religión y las personas de buena voluntad son llamadas a promover la comprensión y el respeto recíprocos”, afirmó el Papa este lunes, en un videomensaje grabado antes de viajar.
Durante su estadía, el Obispo de Roma escuchará los testimonios de niños soldados, de víctimas del sida, de refugiados y mutilados de guerra, y de gente común que se encuentra entre la más pobre del planeta.
Uno de los momentos más emblemáticos será la apertura, el domingo 29 de noviembre, de “la puerta santa” de la catedral de Bangui, capital de la República Centroafricana.
Con ese gesto simbólico, se anticipa en diez días a la inauguración oficial en Roma de un Jubileo extraordinario, dedicado a la “misericordia” y al perdón y convocado por Francisco para promover –como dijo– “la comprensión y el respeto” sin distinción de raza ni credo.
“Por primera vez, un jubileo comenzará en la periferia. Esa es la mejor síntesis del magisterio de este Papa, siempre al lado de los pobres”, comentó el padre Giulio Albanese, de Radio Vaticano y experto en África.
Pese a que el Vaticano asegura que cumplirá el programa establecido para Bangui, la etapa más peligrosa, donde tiene planeada una visita a la mezquita del barrio-fortaleza musulmán, no se excluye que cambie de último momento sus planes ante la violencia entre milicias musulmanes y cristianas y la inseguridad.
El Gobierno, que no controla ni siquiera la capital, protegida por un contingente militar de Naciones Unidas, está a cargo de la presidenta interina Catalina Samba-Panza.
Francisco inicia su gira por Kenia y Uganda, dos países anglófonos, donde el 32% y el 47%, respectivamente, de la población se considera católica, aunque la juventud somalí islamista acecha a las puertas.
El Vicario de Cristo condenará las desigualdades económicas y denunciará uno de los grandes males del continente: la corrupción, que afecta a muchas naciones e involucra a dirigentes, líderes políticos y hasta la Iglesia.
“El problema de la exclusión social es fragante en ambos países. En Kenia, el 75% de la riqueza está en manos del 1% de la población”, subrayó Albanese.
En Nairobi, capital de Kenia y en una de las sedes oficiales de la ONU, hablará de un tema clave de su pontificado, el cambio climático y la creciente desigualdad, argumento que abordó en su encíclica Laudato Sii y con el que espera encauzar los debates de la cumbre mundial de París que se abre el 30 de noviembre.
El Papa está a la vanguardia de la lucha por un desarrollo integral y respetuoso de la naturaleza.
En Uganda rendirá homenaje a todos los mártires cristianos de África y celebrará una misa en un santuario para conmemorar a los primeros santos del continente, 22 jóvenes cristianos que fueron quemados vivos a finales del siglo XIX por orden del rey Mwanga tras haberse negado a convertirse en esclavos sexuales. Habían sido canonizados por Pablo VI.