EscucharJuba. Ap y AFP. Naciones Unidas tiene pruebas del uso de niños como soldados y de atrocidades masivas cometidas por ambas partes en el conflicto en Sudán del Sur, un “horrible desastre de derechos humanos” que ha matado a miles, lamentó ayer Ivan Simonovic, principal funcionario humanitario de ONU.
Asesinatos multitudinarios y extrajudiciales, detenciones arbitrarias, violencia sexual y otros tipos de vejaciones ocurren en el país, aseguró Simonovic, secretario general adjunto para los derechos humanos de la ONU.
“Bastantes niños soldados han sido reclutados por el Ejército Blanco”, dijo en referencia a las milicias de la tribu nuer que combaten en el estado de Jonglei. “Estamos investigando cuidadosamente estas denuncias”.
División étnica. La ONU acusa a las fuerzas del presidente Salva Kiir y del ex vicepresidente Riek Machar de llevar a cabo atrocidades en el conflicto, que comenzó el 15 de diciembre. La lucha inició como una disputa política, pero rápidamente se expandió a las divisiones étnicas entre los seguidores del presidente, de la etnia dinka, y el ex vicepresidente, de la etnia nuer.
La ciudad de Bentiu, una de las que pasaron de manos del Gobierno a las fuerzas rebeldes, “simplemente ya no existe”, dijo Simonovic. “Fue quemada por completo”.
El representante de la ONU señaló en conferencia de prensa que vio al menos 15 cadáveres en Bentiu –en el estado petrolero de Unity– incluyendo uno de un hombre con los brazos atados a la espalda.
“Hemos escuchado y sabemos de acusaciones de un gran número de víctimas inmovilizadas para ser ejecutadas. Pero yo solo vi una víctima en el camino”, comentó.
Según Simonovic, una comisión independiente e imparcial deberá establecerse para conocer los hechos, investigar los crímenes y hacer que los responsables enfrenten las consecuencias. “No solo se debe castigar el hecho de ordenar y cometer crímenes, sino también no evitarlos cuando se debía y se tenía que hacer”, dijo.
Simonovic evitó describir el conflicto de un mes como una guerra civil, sino que lo planteó como un “conflicto armado interno” de dimensiones étnicas entre las tribus dinka y nuer.
Las organizaciones de ayuda humanitaria cifran en 10.000 el número de personas muertas hasta ahora en los combates.
La ONU también juzgó posible ayer que, a finales de mes, más de 100.000 sursudaneses hayan huido a campos de refugiados de países cercanos, como consecuencia de la violencia. Más de 86.000 personas cruzaron las fronteras de esta joven nación desde el inicio del conflicto, y unas 468.000 están desplazadas en el interior del país, según la entidad internacional.
Muchos habitantes del poblado de Malakal tratan de llegar a Sudán, del que se escindió Sudán del Sur en 2011 tras una guerra civil.
