Los miles de manifestantes, con sus atuendos típicos y una bandera con los colores que los identifican, salieron hace ocho días desde tres puntos del país con el objetivo de solicitar la defensa de sus tierras, su cultura y estrategias de desarrollo con identidad propia, en el marco de los festejos nacionales por el Bicentenario de la Revolución de Mayo.
Además, los miembros de unos 30 pueblos originarios pidieron "respeto a la diversidad cultural" y se instalaron frente a la Casa Rosada, la sede del gobierno nacional.
Las columnas, formadas por unos 15.000 indígenas, marcharon con consignas que demandan un Estado "pluricultural" y se quejan del "olvido" que padecen sus comunidades.
La presidenta, que regresó esta mañana al país tras participar de la cumbre de la Unión Europea y países de América Latina y el Caribe, recibirá a los dirigentes de los pueblos originarios para escuchar sus reclamos.
Las comunidades Quom (toba), wichis, guaraní y mocoví partieron desde el noreste argentino, en tanto que los collas y diaguitas bajaron del norte del país desde las provincias de Jujuy, Salta y Tucumán.
Los manifestantes también denunciaron que sufren falta de agua y desnutrición, además de reclamar el derecho a la consulta previa para todas las actividades que se quieran llevar a cabo en territorios de comunidades originarias.
Entre las quejas, hay varios casos en los que los indígenas aseguran que han sido desalojados de sus tierras, que luego fueron vendidas a capitales extranjeros por el Estado.
Los pueblos demandan la mensura y titulación de todos los territorios comunitarios indígenas, que se les restituyan las tierras aptas y suficientes que están en manos del Estado y que se implemente la ley de relevamiento territorial.