Jerusalén. EFE. El papa Francisco comienza hoy su primer viaje a Tierra Santa , un periplo que concibe como una peregrinación y que tendrá como principales hitos dos misas multitudinarias en Jordania y Palestina, además del encuentro ecuménico con el patriarca ortodoxo, Bartolomeo I .
500.000
seguidores del cristianos viven en comunidades dispersas en la Tierra Santa (2% del total d ela población).
200.000
cristianos, la mitad de ellos católicos y la otra, ortodoxos, radican en Jordania, país predominatemente musulmán.
50.000
seguidores del cristianos se cuentan en el territorio de Cisjordania (sobre todo en Belén y Ramalá) y en Jerusalén.
El avión del Pontífice aterrizará poco después del mediodía, en el aeropuerto Reina Alia, de Jordania, y de allí se desplazará en coche hasta el palacio de Amán, donde mantendrá un breve encuentro con los reyes Abdalá II y Rania.
Jordania, tierra de mayoría musulmana pero con importante raíces bíblicas, y el Vaticano celebran este año el vigésimo aniversario del establecimiento de sus plenas relaciones diplomáticas, unos lazos caracterizados por el entendimiento y la concordia, dijo un alto responsable religioso jordano.
Según cifras oficiales, en el reino hachemita solo un 5% de la población –unos 6 millones de habitantes– profesan el cristianismo, que tiene en el monte Nebo y en el lugar del bautismo de Betania sus principales lugares de peregrinación.
Francisco oficiará una misa multitudinaria en el estadio de Ammán, desde donde enviará un mensaje de humildad y conciliación a un crisol de comunidades árabes: en el recinto compartirán experiencia mística cristianos jordanos, palestinos y sirios, muchos de ellos refugiados.
Una vez concluida, el pontífice se trasladará a Betania para rezar en el lugar donde predicó san Juan Bautista y compartir una cena con niños sirios obligados a abandonar su país por la guerra.
El domingo, Francisco inicia la parte más compleja de su periplo, cuya organización implicó un pulso político entre palestinos e israelíes que, en algunos casos, incomodó a la diplomacia vaticana.
Escala en Palestina. A bordo de un helicóptero del Ejército jordano, entrará en Palestina a través de la frontera con Jordania y aterrizará en Belén, donde será recibido por el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abás, antes de dirigirse a la plaza de la Natividad.
Allí celebrará su segunda y última misa multitudinaria, que incluirá una homilía y el Regina coeli en honor a la Virgen junto al templo en el que la tradición sitúa el alumbramiento de Jesús.
Después, el Papa comerá con familias palestinas, rezará en privado en la gruta de la Natividad y hará un recorrido en coche descubierto que le permitirá observar el muro que separa a Cisjordania del territorio israelí.
En Jerusalén, Francisco celebrará el domingo por la tarde el que, según la Iglesia católica, es el acto central de su peregrinación: la reunión en la iglesia del Santo Sepulcro con el patriarca ortodoxo.
El objetivo del encuentro es rezar por la unidad del cristianismo y rememorar la histórica reunión ecuménica que hace 50 años celebraron sus predecesores, Pablo VI y Atenágoras I.
El lunes, día en el que los musulmanes celebran la milagrosa ascensión al cielo de Mahoma desde Jerusalén, Francisco se reunirá con el muftí de la ciudad en la disputada explanada de las Mezquitas, y rezará frente al Muro de las Lamentaciones, que es el lugar más sagrado del judaísmo.
Posteriormente se reunirá con los dos principales rabinos y cumplirá con los actos protocolarios a los que el Gobierno israelí obliga a todo jefe de Estado: visita al Museo del Holocausto y homenaje en la tumba del fundador del sionismo, Theodor Herzl.
Luego departirá con el presidente de Israel, Simón Peres, y recibirá al primer ministro, Benjamín Netanyahu, en la iglesia de Notre Dame, situada en la zona que hasta 1967 separaba Jerusalén Este del resto de la ciudad y que es territorio del Vaticano.
La gira concluirá en la tarde con una homilía en el edificio del Cenáculo y una reunión con religiosos en el Huerto de Getsemaní.