Uno de los casos más sonados de los errores cometidos en las industrias controladas por el Estado en Venezuela es el de PDVAL.
Esta es una empresa alimentaria creada por el presidente Hugo Chávez y Petróleos de Venezuela (PDVSA) que abarca todo el territorio nacional e incluye una extensa cadena de distribución de alimentos.
Desde junio, la empresa pública es administrada por la Vicepresidencia de Venezuela, luego del hallazgo de hasta 24.000 toneladas de alimentos descompuestos en unos 800 contenedores en diferentes almacenes y patios en todo el país.
Todo inició en abril del 2009 cuando a los vecinos de la Almacenadora Congelados C. V., en puerto Cabello, estado de Carabobo, se les informó que sus protestas por los malos olores provenían de 50 contenedores con carne que se había descompuesto.
Esta fue solo la punta del témpano, puesto que luego se descubrió que había miles de contenedores más con productos de la canasta básica como arroz, harina de trigo, leche, azúcar, aceite de soya, presuntamente vencidos.
El asunto tomó más fuerza el 15 de junio, cuando República Dominicana anunció que había devuelto a Venezuela 60 contenedores que el gobierno de Chávez había mandado con latas de atún, leche y pastas como ayuda de emergencia para los afectados del terremoto de Haití.
¿La razón? Todos los productos estaban vencidos.
Esta situación se tradujo en la detención de un expresidente y dos gerentes de PDVAL.
La situación ha sido aprovechada por el sector privado para mostrar que el Estado no es un buen administrador de las empresas y que sus errores tienen elevados costos para los sectores que precisamente quieren ayudar.