Los mercados financieros mundiales no se entusiasmaron mucho con el plan y caían el lunes por la mañana. Los votantes se mostraban también recelosos de que se gasten enormes sumas de su dinero para salvar la industria financiera.
Pero ambos candidatos presidenciales, el demócrata Barack Obama y el republicano John McCain, apoyaron discretamente la propuesta gubernamental, que otorgará amplios poderes a la administración para usar millones de dólares de los contribuyentes para comprar los bienes hipotecarios devaluados que tienen grandes compañías financieras.
El plan de rescate -el mayor de la historia de Estados Unidos- fue diseñado para evitar que la peor crisis financiera desde la Gran Depresión de los años 30 se disperse por todos los sectores de la economía.
Esto es algo que todos nosotros nos veremos forzados a tragar y luego a seguir hacia adelante. La opción de no hacer nada simplemente no es aceptable, dijo McCain. Obama señaló que se inclina a apoyar el plan porque los problemas financieros han pasado de afectar a Wall Street a afectar directamente al consumidor.
El enorme paquete financiero que se ha negociado en sesiones maratónicas durante el fin de semana será votado por la Cámara de Representantes el lunes por la mañana. Se espera un voto final a principios de la tarde (por la noche en horario GMT).
El lunes, Obama hacía campaña en Colorado mientras que Biden se preparaba para el debate vicepresidencial del jueves. McCain y Palin acudieron a un acto electoral multitudinario en Ohio, uno de los estados más críticos en las elecciones del 4 de noviembre.
El debate económico se ha convertido en el principal tema de discusión electoral y tanto Obama como McCain se describen como el mejor candidato para guiar al país hacia mejores tiempos financieros.