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Las conversaciones de paz entre el régimen sirio y la oposición se reanudaron este martes en Ginebra, donde la ONU espera resolver el bloqueo en torno a un gobierno de transición y lograr el envío de ayuda humanitaria urgente.
Las delegaciones del régimen del presidente Bashar al-Asad y la coalición nacional opositora comenzaron a conversar alrededor de las 11 a. m. hora local, indicó la ONU.
Tras un primer fracaso que bloqueó las conversaciones, el mediador de la ONU, Lajdar Brahimi, quiere volver a poner este martes sobre la mesa la cuestión crucial de la transición política.
"Mañana (martes), volveremos a poner sobre la mesa la declaración de Ginebra (I)", declaró el lunes el emisario.
La declaración de Ginebra I, adoptada en junio de 2012 por las grandes potencias, es objeto de polémica desde el principio entre partidarios y adversarios del presidente Bashar al-Asad.
La oposición considera que Ginebra I es sinónimo de gobierno de transición y salida de Asad, en el poder desde el año 2000.
No obstante, el régimen considera que la declaración llama a un gobierno de unión nacional ampliado, y que la eventual salida del presidente debe ser decidida por los sirios en elecciones.
Las delegaciones hablaron el fin de semana, sin lograr avances, de cuestiones humanitarias como la situación en Homs y el problema de miles de prisioneros y desaparecidos en el conflicto.
Brahimi admitió el lunes que la situación no había evolucionado en cuanto al envío de convoyes humanitarios al centro de Homs, asediado por el gobierno, a pesar de la promesa que el régimen hizo el sábado en ese sentido. "No fue tomada la decisión de dejarlos entrar", dijo.
El mediador también había obtenido del régimen sirio la promesa de dejar salir a las mujeres y niños, que llevan 600 días asediados en los barrios rebeldes de Homs.
Sin embargo, el jefe de operaciones en Medio Oriente del Comité Internacional de la Cruz Roja, Robert Mardini, dijo el lunes a la AFP que por el momento Damasco "no ha tomado ninguna medida concreta".
Considerada como el foco de la contestación, Homs ha pagado con creces su oposición a Bashar al Asad.
Los barrios rebeldes están asediados desde junio 2012 por el ejército, que los bombardea regularmente. Miles de habitantes viven en condiciones inhumanas, faltos de medicinas y alimentos.
Este martes, militantes de Homs pidieron a los opositores en Ginebra que se esfuercen para conseguir que se levante el sitio impuesto por las tropas del régimen a los barrios rebeldes.
"Las personas sitiadas no sólo quieren el ingreso de ayuda humanitaria. Hay que levantar el sitio y garantizar la entrada y la salida segura de los habitantes a través de los corredores, sin que pasen por los cordones policiales del régimen", afirmaron activistas en un comunicado difundido en internet.
El régimen acusa a la oposición y a sus apoyos internacionales de promover el "terrorismo" en Siria.
Mientras tanto, las Naciones Unidas y el Comité Internacional de la Cruz Roja han dicho que están dispuestos a llevar ayuda, pero que esperan la aprobación para entrar.
