
El Cairo. AP. El líder supremo de Irán dijo ayer que el gobierno no va a ceder a presiones sobre las disputadas elecciones presidenciales, cerrando efectivamente las puertas a una solución negociada.
El ayatolá Alí Jamenei, guía supremo del gobierno clerical, dijo en una reunión con legisladores que “ni el sistema ni el pueblo van a ceder a presiones a ningún precio”.
A la vez, las fuerzas de seguridad aumentaron la presión sobre los partidarios del opositor Mir Husein Musavi, impidiendo nuevas manifestaciones, y el gobierno continuó con sus acusaciones contra Occidente.
Ayer afirmó que la CIA (inteligencia de EE. UU.) estaba implicada en las manifestaciones contra la reelección de Mahmud Ahmadineyad, aportando financiamiento.
Represión. En horas de la tarde del miércoles, manifestantes y policías antimotines chocaron en las calles en torno al parlamento iraní, mientras centenares de personas convergían en una plaza de Teherán en desafío a la orden gubernamental de desistir del reclamo de nuevas elecciones.
La policía reprimió a los manifestantes en la Plaza Baharestán con bastones, gases lacrimógenos y disparos al aire, dijeron los testigos. Algunos manifestantes enfrentaron a la policía, mientras otros se replegaban hacia otra plaza más al norte.
Un helicóptero revoloteaba sobre el centro de la capital, ocupado por cientos de policías que trataban de impedir cualquier reunión por breve que fuese. Miles de agentes de seguridad invadieron las calles aledañas.
La esposa del líder opositor Musavi, Zahra Rahnavard, comparó la situación con la ley marcial y dijo que los manifestantes se negaban a ceder.
Musavi asegura que Ahmadineyad se robó la elección del 12 de junio y reclama la anulación de los resultados y la realización de nuevos comicios. Teherán rechazó de plano esta posibilidad.
El canciller iraní, Manoucher Mottaki, dijo que está considerando reducir sus lazos con Gran Bretaña, tras días de crecientes tensiones debido a las críticas internacionales a las elecciones.
Irán expulsó a dos diplomáticos británicos el martes tras acusar a Gran Bretaña de espiar y fomentar días de protestas masivas sin precedentes por la votación.
Entre tanto, un candidato conservador en las elecciones presidenciales manifestó que retirará sus denuncias de fraude por el bien del país, según la televisión estatal. El anuncio de Mohsen Rezaie acerca al gobierno a una declaración final de victoria para el presidente Ahmadineyad. La televisión estatal dijo que este será juramentado entre el 26 de julio y el 19 de agosto.
Jamenei dice que Ahmadineyad ganó limpiamente con el 62,6% de los votos contra 34% para Musavi.
Ese resultado generó protestas que, según cifras oficiales, han dejado al menos 627 detenidos en Teherán y al menos 17 manifestantes muertos por fuerzas de seguridad.
Hadi Ghaemi, director de la Campaña por los Derechos Humanos en Irán, basada en Nueva York, dijo que la cifra de muertos puede ser mucho mayor.
El portavoz informal de Musavi fuera de Irán, el cineasta Mohsen Makhmalbaf, dijo en Roma que incluso si Ahmadineyad se las arregla para gobernar en los próximos cuatro años, no va a tener un día de tranquilidad, con manifestaciones, huelgas generales y resistencia civil.