
Beirut. AFP y EFE. La calma regresó ayer a Líbano, tras una jornada de huelga general convocada por la oposición que paralizó al país y dejó tres muertos y 133 heridos, aunque Hezbolá amenazó con una nueva escalada y aseguró que puede derrocar mañana mismo el gobierno de Fuad Siniora.
El líder del movimiento chiita Hezbolá, Hasan Nasralá, afirmó ayer que la oposición no ha hecho caer al gobierno todavía solo para “salvaguardar la paz civil”.
“La oposición tiene la fuerza política, popular y organizadora para hacer caer el gobierno anticonstitucional mañana o pasado mañana”, declaró Nasralá ante sus seguidores en Beirut.
“Lo que hasta el momento ha impedido la caída del grupo que acapara el poder no es el apoyo internacional, sino el sentimiento patriótico de la oposición”, agregó el jefe de Hezbolá.
En la capital libanesa, tractores y camiones de basura trabajaron toda la noche para sacar neumáticos incendiados, arena y desechos de las carreteras bloqueadas por la oposición el martes, en una demostración de fuerza que buscaba tumbar al gobierno de Siniora.
Muchas tiendas también reabrieron sus puertas, pero algunos negocios decidieron esperar hasta mediodía para garantizar el retorno a la normalidad y levantar sus cortinas de hierro.
La huelga del martes se tornó violenta cuando los militantes de la oposición incendiaron neumáticos, bloquearon rutas y se enfrascaron en peleas callejeras con defensores del gobierno.
Las protestas paralizaron Líbano por un día y aumentaron la inquietud sobre la estabilidad de un país que aún lleva las cicatrices de la guerra civil de 1975-1990 y de la guerra de Israel contra Hezbolá de julio y agosto pasados.
En su discurso, que también fue transmitido por televisión, Nasralá dijo que el presidente francés, Jacques Chirac, es “guía espiritual” del gobierno del primer ministro Siniora, que cuenta con el apoyo de los países occidentales.
Tras ayuda. Al margen de los acontecimientos del martes y seis meses después de que Líbano fuera escenario de una terrible guerra entre la milicia del Hezbolá e Israel, representantes de cerca de 40 países se reúnen hoy en París para suministrar un nuevo paquete económico de ayuda a Beirut y dar su apoyo al actual gobierno, cada día más debilitado.
Paralelamente, ayer Francia y la Unión Europea se adelantaron y prometieron, en París, una ayuda financiera a Beirut de casi 1.000 millones de euros.
El presidente Chirac anunció a Siniora que su país hará un préstamo de 500 millones de euros a Beirut en “condiciones muy favorables”.
Por su parte, la Comisión Europea anunció que donará 400 millones de euros para la reconstrucción de Líbano.
El primer ministro Siniora dijo que espera un fuerte apoyo de los países árabes, pero no quiso aventurar el monto de las promesas de fondos que espera recibir hoy y apostó por hablar de que espera “resultados muy buenos ”.