Los legisladores catalanes aprobaron ayer con 68 votos a favor, 55 en contra y 9 abstenciones la ampliación de la ley catalana de protección de los animales para prohibir las corridas de toros.
El parlamento catalán decidió aprobar una Iniciativa Legislativa Popular (ILP), avalada por 180.000 firmas y presentada en julio del 2009 por los opositores a la tauromaquia, convirtiéndose en la segunda región española que prohíbe este tipo de celebraciones después que en 1991 ya lo hicieran las islas Canarias.
“Escuchen el grito de una sociedad que se replantea sus propias tradiciones”, afirmó ayer ante los diputados catalanes la portavoz de la plataforma “Prou! (¡Basta! en catalán)”, promotora de la ILP, Anna Mulà, mientras en el exterior del parlamento se habían congregado decenas de manifestantes a favor y en contra de las corridas de toros.
“Se está cortando de un hachazo la libertad de la gente de allí y de todo el mundo a disfrutar de un espectáculo único con raíces culturales y tradicionales, que forma parte de nuestra forma de ser, es un auténtico atentado contra la libertad”, afirmó tras la votación el diestro Manuel Jesús
Su compañero de actividad Enrique Ponce también consideró la decisión “una coacción a la libertad de los seres humanos precisamente por quienes hace 40 años abogaban por ella”.
Sin embargo, para los detractores de la Fiesta Nacional el parlamento catalán acabó ayer con un espectáculo obsoleto y que ensalza la tortura.
“Esta victoria significa una puerta abierta para lograr la abolición de la tauromaquia en todo el mundo”, consideró Aída Gascón, directora de la sección española de la asociación de defensa de los animales, Anima Naturalis.
“Las corridas son un espectáculo de la tortura”, afirmó durante su intervención el portavoz del grupo verde Iniciativa Per Catalunya-Els Verds (ICV-EUIA), Francesc Pané.
ICV, junto a los independentistas de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), ya habían anunciado que votarían a favor de la prohibición de la Fiesta en la región.
Frente a ellos, los legisladores conservadores del Partido Popular (PP) y del partido Ciutadans habían anunciado que votarían en contra de la ILP por lo que la decisión final quedó en manos de los diputados del Partido Socialista de Cataluña (PSC) y de la coalición nacionalista Convergencia i Unió (CiU).
Aunque el Partido Popular intentó presentar esta votación como un nuevo enfrentamiento entre Cataluña y el resto de España, el presidente regional catalán, José Montilla, quien votó contra la prohibición, se apresuró a asegurar que “se equivocan” los que quieren usar esta decisión como un “termómetro de las relaciones entre Cataluña y España”.