Se han aprobado 31 nuevas exoneraciones durante esta Administración. ¿Cuál es la postura de Hacienda?
Hemos mantenido la misma tesis desde el principio: hay que evitar crear exoneraciones nuevas o estas deben compensarse. Consta en los expedientes. Al final los diputados determinan si una exoneración se aprueba o no.
Hay 1.292 exoneraciones desde 1953. ¿Cuál es el principal impacto de las vigentes?
Los efectos más importantes se concentran en las exoneraciones de bienes (sobre todo de la canasta básica) y en renta, donde las principales son las zonas francas. Suman (en total) casi un 5% del PIB.
¿Cómo influyen las exoneraciones en la obra pública?
Aplica el principio de inmunidad fiscal. Aunque la obra pública la ejecuta un privado, todos los bienes quedan plasmados en la obra pública. Todas las leyes que han aprobado créditos para obra pública suelen tener una figura de estas
¿No afecta la trazabilidad?
Lo ideal sería que estuvieran siempre gravadas. La mayoría de los países cobran impuestos en eso. Es un tema importante para discutir cuando hablemos de IVA.
Buena parte de las exoneraciones que se están aprobando son indefinidas, contrario al Código de Normas Tributarias...
Es muy complicado porque ellas, en sí mismo, son ley. El problema es que las normas son para el ejecutor de la política, no para el que las aprueba. No se pueden crear exoneraciones para todos los impuestos. Es una trampa fiscal. Aunque muchas son de corto plazo, el problema es cuando se otorgan de forma permanente, sin límites. Lo sano es que tengan límites en el tiempo y evaluaciones. Deberíamos, más bien, tener una partida de gasto que se evalúe todos los años para conocer si hay resultados. La exoneración hace perder toda esa revisión.