Los empresarios costarricenses se atreven cada vez más a estructurar su negocio en franquicia, como una manera de organizar mejor su operación y reproducir su propuesta en el ámbito nacional e internacional.
La cantidad de empresas “hechas en Costa Rica” que trabajan con ese modelo, se triplicó del 2010 al 2015.
La franquicia es un contrato por el cual una empresa (el franquiciador), cede a otra (el franquiciado), a cambio de un pago, el derecho a la explotación de un conjunto de derechos de propiedad industrial o intelectual.
En el país hay 217 franquicias internacionales, pero la creación de las costarricenses lleva un buen ritmo.
De acuerdo con el Centro Nacional de Franquicias (Cenaf), en el 2015 se constituyeron cinco nuevas franquicias ticas e ingresaron al país seis extranjeras.
“Este desarrollo se debe a contar con programas que apoyan su creación, a un mayor acceso a financiamiento, formación y capacitación, y a inversionistas con mayor interés en el modelo”, dijo Karol Fallas, directora del Cenaf.
Víctor Fernández, director del Departamento de Franquicias de Central Law Gallástegui, comentó que los ticos se han familiarizado más con el concepto.
Esos son algunos aspectos que también favorecen el establecimiento de consultoras especializadas en su estructuración y comercialización.
El precio aproximado del mercado por convertir un negocio en franquicia es de $25.000 en adelante, y una microfranquicia está por debajo de los $20.000.
Internacionalización. Las franquicias nacionales no solo fijan su interés en ampliar la cobertura en varias regiones del país, sino en suelo extranjero. En este momento, hay 13 marcas nacionales con presencia en el exterior; la mayoría se ubican en Centroamérica.
Pan e Vino, Cosechas, Multivex, Empleos.net, Ciecsa Estética Corporal e Internacional, Joyería Ana Gutiérrez y las microfranquicias Get Nuts y Maridos de Alquiler, son algunas de las marcas internacionalizadas.
Hamburguesía, Curious Minds, CrepeXpress, BJX Mobile y Little Monsters, son otras que están en negociaciones o pronto ingresarán en otros países.
Adrián Vega, fundador del restaurante gourmet Hamburguesía, destaca, entre los principales beneficios del modelo, la posibilidad de crecer y expandirse sin poner el 100% del capital, estableciendo así una relación ganar- ganar con los inversionistas.
Silvia Hidalgo, directora general de Little Monsters (un centro de estimulación para enseñar pensamiento creativo a los niños), resaltó que el concepto abre grandes oportunidades al negocio desde varias aristas.
“Se ordenan las operaciones internas bajo estándares, y el modelo nos permite ingresar a mercados que, de otra manera, no podríamos”, dijo Hidalgo.
Asimismo, hay seis pymes en proceso de convertirse en microfranquicias, informó el Cenaf.
Este esquema requiere una inversión menor a $30.000 para estructurarse, debe ser fácil de reproducir, con operación sencilla y generador de autoempleo. CaféArte y Bee Sweet son firmas que operan con ese concepto.