El valor de las exportaciones costarricenses de textiles por semestre cayó un 45% entre el 2011 y el 2015, lo cual refleja que se mantiene una fuerte contracción de ese sector.
Las ventas al exterior bajaron de $118 millones en los primeros seis meses del 2011, a $64 millones en el primer semestre de este año, según la web de la Promotora del Comercio Exterior (Procomer).
Si se comparan los datos anuales, las exportaciones pasaron de $224 millones en el 2010 a $147 millones en el 2014. La caída en este caso es del 34%.
La baja en esa industria ha sido dramática desde hace varios años. En el 2000, por ejemplo, el valor de las ventas llegó a $729 millones, según los informes anuales de estadísticas de Procomer.
En aquel año, la Promotora reportó que 272 empresas enviaron productos de esa industria desde Costa Rica al exterior. El año pasado solo fueron 98 compañías.
Reflejo. El anuncio, este martes, de la empresa Rawlings Costa Rica de que se lleva para El Salvador la fabricación de uniformes deportivos es una señal de los problemas del sector, dijo Miguel Schyfter, presidente de la Asociación Nacional de Exportadores de la Industria Textil (Aneit).
La firma está en Turrialba y la medida implicó el despido de 200 empleados. Mantiene en ese cantón el área de fabricación de bolas de béisbol, en cuya operación emplea a 450 personas.
Pese al anuncio de Rawlings, la Coalición Costarricense de Iniciativas de Desarrollo (Cinde) estimó ayer que la región de Turrialba mantiene condiciones idóneas para atraer empresas.
Irving Soto, director de Promoción de Inversiones de Cinde, mencionó personal capacitado, mano de obra disponible y de experiencia, centros universitarios que permiten a la población una mejor preparación, cercanía con principales puertos, aeropuertos y rutas de acceso.
En general, Soto consideró que la industria textil perdió vigencia porque Costa Rica se ha venido posicionando en ciertas industrias con mayor valor agregado de manufactura avanzada tecnológica y servicios, pero, al mismo tiempo, busca aprovechar las potencialidades en áreas como manufactura liviana, alimentaria e industria textil avanzada.
Schyfter, en tanto, atribuyó a los altos costos y la pérdida de competitividad del país, la fuerte contracción que afecta al sector textil en Costa Rica.
“No es solo el sector textil; Costa Rica está perdiendo industria. No quiero entrar en la discusión teórica de que si el tiempo de cambio está equilibrado, pero, en realidad, está ahogando a los exportadores”, manifestó Schyfter.
Agregó a lo que llamó pérdida de competitividad, el alto costo de la electricidad, rubro muy relevante en el sector textil.
Por separado, Cinde y Aneit coincidieron en que se mantienen las esperanzas de atraer empresas de textiles y de confección. Pusieron como ejemplo a SAE A Spinning, que abrió este año una planta en Cartago, donde produce hilos de algodón mediante procesos automatizados.