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La Paz . AFP.
El presidente de Bolivia, Evo Morales, aseguró que su homólogo de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, le ofreció absorber todas las exportaciones bolivianas a Estados Unidos, que se podrían ver afectadas por la suspensión de la ley de preferencias arancelarias.
El gobernante boliviano reveló que en el 006, cuando asumió la presidencia, su colega brasileño le interrogó en qué podía ayudarle, a lo que respondió: “Mercados”.
Según Morales, su pedido se sustentaba en que era previsible que Estados Unidos suspendiera los beneficios comerciales de que gozan los productos bolivianos por la posición anti-imperialista del nuevo régimen andino.
De acuerdo con Morales, Lula le habría dicho “eso lo vamos a acomodar en Brasil”, cuando supo que las ventas bolivianas al país del norte, bajo la Ley ATPDEA, eran de “unos $100 millones al año”.
Morales dijo –según referencias hechas en una reunión en la ciudad de Cochabamba (centro) con sindicatos campesinos y obreros leales– que repetía “textualmente” la oferta del presidente de Brasil.
Tema político. Para el gobernante de Bolivia, “es político” el pedido hecho el viernes por el presidente George W. Bush de dejar de beneficiar al país andino con la liberación de aranceles para productos bolivianos, demanda que debe ser ratificada por el Congreso.
Morales dijo que instruyó a la Cancillería y al equipo económico para que intenten abrir mercados en “China, Irán, India y Venezuela”, como destinos alternativos a las exportaciones bolivianas.
Si bien el gobernante dijo que el comercio boliviano, bajo las preferencias arancelarias, bordea los $100 millones anuales, el privado Instituto Boliviano de Comercio Exterior afirmó que la cifra alcanzó en el año 2007 los $267 millones.
Con su habitual discurso antiestadounidense, el jefe de Estado aseguró que Washington busca “meternos miedo” y a renglón seguido replicó: “No nos van a asustar, jamás nos vamos a arrodillar, no tengo ningún miedo”.
La ley de preferencias andinas permite a Ecuador, Bolivia y Colombia ingresar productos al mercado estadounidense, principalmente manufactura, sin aranceles a cambio de su cooperación en la lucha antidrogas, a la cual, según EE. UU. Bolivia no se apunta plenamente..
