
Las futbolistas ticas emigran al Viejo Continente con la aspiración de ganar un buen salario y forjarse un futuro, aunque para lograrlo necesitan hacerse un nombre y empezar su travesía con condiciones apenas aceptables.
La delantera Carolina Venegas saltó al Madrid CFF de la segunda división de España, la lateral Lixy Rodríguez al Santa Teresa, y la portera Nohelia Bermúdez al Levante, estos últimos dos de la primera categoría de ese país. Mientras, la volante Daniela Cruz fichó con el Estrella Roja de Belgrado de Serbia.
Las jugadoras coinciden en que España es un buen destino para iniciar su travesía en Europa; les dan transporte, gimnasio, hospedaje, seguro y un salario que ronda los 500 euros (¢293.000).
La remuneración no es muy alta pero les alcanza para vivir y empezar a mostrarse.
"Es cierto que se gana poco, pero en Costa Rica ningún club me da ese dinero y estas condiciones. Siempre quise tener esta oportunidad. Firmé por seis meses y la idea es que después aparezca otra opción", explicó Rodríguez.
El objetivo de la mayoría de jugadoras es saltar a Francia, Alemania y Suecia, que son las ligas de mayor nivel y las que mejor pagan.
Es el caso de Shirley Cruz, quien en el 2006 firmó con el Lyon galo y actualmente es figura del PSG, donde sí gana como profesional.
También buscan aumentar su rendimiento y dedicarse únicamente al fútbol, ya que en suelo tico es casi imposible lograrlo.
Las jugadoras ganan viáticos y en muchos casos tienen que sacar dinero de su bolsa para ir al gimnasio y alimentarse bien.
"Jugar en Costa Rica es una inversión, le digo que por muchos años se juega por amor, pero después uno busca nuevos objetivos", dijo Cruz.
Daniela actúa en Serbia, donde recibe mejores condiciones que las jugadoras que militan en España, aunque asegura que su idea es saltar pronto a una liga top.
Dice que desde un principio se adaptó a la cultura de este país y ahora su anhelo es hacer carrera en el Viejo Continente.
"Fue muy fácil y una sorpresa positiva llegar aquí. No he tenido ningún contratiempo y desde que llegué me han tratado muy bien. Este es un pequeño paso pues espero ir a mejores clubes", agregó Daniela.
Mundial de oro. La jugadora reconoce que haber participado en el Mundial Mayor y en los Juegos Panamericanos del año anterior, ambos en Canadá, le abrieron la puerta al exterior.
Es el mismo caso de Venegas, a quien la contactaron luego de disputar la cita en suelo canadiense.
La delantera admite que lo que le pagaban en Costa Rica "no alcanzaba ni para cancelar la factura del celular".
Reconoce que el dinero que le da su club actualmente no es suficiente para vivir con todas las comodidades o incluso ahorrar, sin embargo, le permite luchar por su sueño y aspirar a un buen contrato en el mediano plazo.
Carolina dice que en España es mucho más sencillo que la observe un visor de otro club.
Evidentemente, estas jugadoras son pioneras y tienen que pagar un derecho de piso.
Igual le pasó a Juan Cayasso, quien fichó con el Suttgarter Kickers de Alemania luego del Mundial de Italia 90.
Por el jugador pagaron cerca de 120.000 euros (¢70 millones) y el objetivo de esta escuadra era lograr el ascenso a la Bundesliga.
El atacante recuerda que en su primer año el salario era inferior al de la mayoría de jugadores del club, no obstante, cuando lograron llegar a la división de honor, "era uno de los chineados".
"Al principio se le daba menos pelota a uno, pero cuando uno muestra un buen rendimiento las cosas cambian", agregó Cayasso.
Ahora es el turno de que las mujeres abran un nuevo trillo en el fútbol europeo.