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Exjugadores y parte del anterior cuerpo técnico de la Liga concuerdan en que Mauricio Montero exageró al decir que solo se hacían colectivos en las prácticas.
No desmienten las diferencias radicales entre las formas de entrenar de Óscar Ramírez y su antecesor, Manuel Keosseian. Pero señalan que sí hubo trabajo.
“La verdad, cada entrenador tiene su forma de trabajar. A Keosseian le gustaba más atacar y Machillo era más detallista, más cuidadoso, más de hacer un planeamiento”, dijo desde Guatemala el atacante brasileño Anderson Andrade, quien a mitad de año abandonó las filas manudas.
Para los miembros de ese equipo había una diferencia radical en la forma de trabajar, siendo que Manolo buscaba un equipo más ofensivo y no ponía énfasis en el trabajo táctico o la preparación de la defensa del equipo.
Asimismo, otros exjugadores indicaron que hay mucha verdad en las declaraciones que dio el Chunche el pasado viernes. Sin embargo, prefirieron no verse inmiscuidos en la polémica.
Montero perdió su puesto como asistente técnico del primer equipo tras ser sancionado por la Junta Directiva de la Liga.
Según los dirigentes, el exjugador erizo cometió una falta grave de ética, al criticar a su exjefe y poner en tela de duda el trabajo del gerente deportivo, Luis Roberto Sibaja, y la Comisión Técnica.
Ramírez dijo ayer que hubo un acuerdo entre Mauricio y la Junta Directiva, por lo que no pudo intervenir a favor de sus asistente y amigo.
Se desconocen los puntos de ese acuerdo. Raúl Pinto, presidente del club, dijo que Montero tendría otro puesto en la institución.
“Chunche miente”. El brasileño Norton Cassol, preparador físico del equipo por cuatro años, fue más tajante al aseverar que Mauricio mintió el viernes anterior.
“Habló una cosa que no era verdad. Yo sería la primera persona en decir que nosotros no estábamos haciendo las cosas bien.
“La metodología que teníamos con Óscar era diferente de lo que se hacía con Manolo. Son cosas de cada entrenador, pero de manera general los entrenamientos se hacían normalmente”, comentó Cassol.
El suramericano dijo que él llevó el control diario de los entrenamientos y que sí se hacían colectivos, como dijo Chunche, pero máximo dos veces por semana.
Todos concuerdan en que los tres meses de pretemporada que tuvieron Ramírez y Montero para preparar al conjunto para esta campaña debió ser suficiente.
“En todas partes del mundo, tres meses alcanzan para poner a punto a un equipo”, dijo Cassol.
