En 1989, Orlando de León Cattalurda recorrió Heredia en busca de talentos para fortalecer el primer plantel. Ese año nació aquel recordado equipo llamado el kínder, del que brotaron figuras florenses como Kenneth Paniagua y Mauricio Solís.
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Veintiséis años después de haber formado dicho cuadro, su escuela se esparce por todo el país, un legado que el investigador Gerardo Coto estableció en 108 debutantes en la Primera División de la mano del técnico, cuya muerte sacudió ayer el ámbito del fútbol costarricense.
En más de cuatro décadas en los banquillos del balompié tico, don Orlando dejó su sello en 11 clubes de la máxima categoría, siendo también el entrenador con más ascensos en todo el mundo (siete en total).
El último club que guio a la división de honor fue Liberia, al que, hasta la semana anterior ,entrenó y le permitió cumplir uno de sus anhelos: “Dirigir hasta donde Dios me lo permita”.
Ayer murió a los 70 años, luego de sufrir las secuelas de un atropello, que lo obligó a ser intervenido quirúrgicamente en tres oportunidades por complicaciones en el bazo (órgano situado en parte superior del abdomen).
Un padre. Sus pupilos lo consideran un formador por excelencia. Siempre preocupado por el estado anímico y el crecimiento personal del futbolista.
Kenneth Paniagua recuerda cuando el técnico le pagó unas clases privadas con un profesor de Matemática para que lograra aprobar el examen de bachillerato, durante su primer año en el Team , en la temporada 1989.
“Te enseñaba como jugador, pero sobre todo, como persona. Don Orlando decía que quería jugadores integrales. Futbolistas que estudiaran y crecieran”, comentó el exvolante florense.
En Guanacaste y Heredia fue donde más sembró sus semillas; en la pampa debutó a 46 futbolistas en tres etapas distintas con Guanacasteca y en su última travesía en la Ciudad Blanca.
Mientras tanto, en la provincia de las flores bautizó a 32 jugadores: 17 en el equipo rojiamarillo y 16 en Santa Bárbara.
El último en consolidarse fue el meta Leonel Moreira.
Y al que le apostó su última ficha antes de partir fue al volante liberiano y de la Selección Preolímpica, Christian Martínez.
“Si le dan continuidad, este muchacho será mejor que Yeltsin Tejeda”, aseguró don Orlando hace apenas dos semanas.
Pese a que no logró ganar su anhelado título con Herediano en el 2010, inició el proceso y armó, junto al gerente deportivo Jafet Soto, el equipo que, dos años después, acabó con una sequía de 19 años sin levantar la Copa.
Soto dice que es una persona sumamente influyente en su vida pues fue quien lo convenció de que jugara en México y de que hiciera carrera como técnico.
“Fue uno de mis impulsores, mi consejero y mi motivador. Él es un descubridor de talentos y entre él y yo armamos ese equipo en el 2010”, agregó el exvolante.
Don Orlando fue inclaudicable hasta el final, estuvo vigente durante cuatro décadas y ahora quedará para siempre en el corazón del fútbol costarricense.