La inestabilidad se sienta en el banquillo de Liga Deportiva Alajuelense; en el último sexenio, en el equipo rojinegro un técnico duró 16 juegos en su cargo, en promedio.
Salvo el caso de Óscar Macho Ramírez, quien escribió una historia distinta, la Liga no ha consolidado una figura en la silla de entrenador que perdure más allá de tragos amargos.
Ramírez dirigió a los alajuelenses en dos etapas distintas, la primera de cinco torneos consecutivos (del Invierno 2010 al Invierno 2012) en la que se ciñó cuatro coronas, y, en el segundo ciclo estuvo cuatro semestres y obtuvo un título (Invierno 2013).
El Macho contabilizó en total 216 partidos, una cifra sin parangón en relación con otros estrategas que estuvieron en el periodo 2010-2016 durante la presidencia de Raúl Pinto.
El resto de entrenadores que pasaron por Alajuela experimentaron un desenlace en común: el rendimiento deportivo influyó en sus salidas.
Casos puntuales de lo anterior: Luis Roberto Sibaja (3 juegos, Verano 2013), Manuel Gregorio Keosseián (18 juegos, Verano 2013), Hernán Torres (26 juegos, Invierno 2015), Javier Delgado (26 juegos, Verano 2016) y José Giacone (9 juegos, Invierno 2016).
Todos los directores técnicos citados salieron del Morera Soto sin levantar una copa. En conjunto sumaron 82 partidos, apenas el 37% de lo completado por Ramírez en sus dos gestiones. Y un promedio de 16 juegos por gestión.
¿Qué pasa? Aquiles Mata, vicepresidente erizo, reconoce que la inestabilidad en el banco está ligada a la necesidad del club de un trofeo y acepta que, en su momento, la ansiedad por ganar llevó a la dirigencia a tomar decisiones con cierto grado de precipitación.
"El trabajo que hizo Óscar Ramírez fue muy bien planificado con el espacio necesario para que pudiera hacer las cosas de la mejor manera posible y siguiendo un trabajo que había iniciado Marcelo Popeye Herrera. Él estuvo acompañado de los resultados y cuando decidió no formar parte de Alajuelense tuvimos que buscar otros entrenadores, pero ya la gente estaba acostumbrada al éxito deportivo", recordó el dirigente.
A criterio de Mata, la equivocación ha consistido en no apostar por un proyecto similar al de Ramírez, de ahí las diferentes dificultades acarreadas.
Sibaja, el primer sustituto de Ramírez solo duró tres juegos en el cargo y en su momento regresó a la gerencia deportiva. Los más estables, Torres y Delgado, llegaron a la final pero no la ganaron, mientras que Giacone dio un paso al costado sin completar la primera vuelta.
"En el caso de Torres, él era un poco oneroso y al no ganar el campeonato se nos dificultó mantenerlo y con Javier los resultados tampoco se dieron. Mientras que Giacone para nosotros era el ideal para completar ese proceso, pero él decidió no continuar", explicó el vicepresidente.
Mata recalcó que al momento de decidir la continuidad de uno u otro "nos ha faltado un poco de reflexión, porque si bien es cierto los resultados deportivos son importantes, nos engolosinamos y podíamos haber apostado por un proceso más casero. Pero, bueno, lo hicimos pensando en ganar campeonatos porque el aficionado liguista es muy exigente", apuntó.
Por su parte, Rafael Ortiz, quien fuera presidente erizo entre 2001 y 2006, manifestó que la dificultad ha consistido en no encontrar un hombre que iguale el trabajo de Ramírez.
"Desde afuera a uno le queda la interpretación de que el desempeño va en detrimento por los cambios continuos de cuerpos técnicos. Desde la salida de Óscar Ramírez no se ha encontrado uno que pueda completar el proceso y se ha dejado de culminar cada etapa de una buena manera.
"La mayoría de procesos exitosos se llevan a cabo con un mismo líder, no se ha hecho y eso afecta", indicó.
Para el exdirectivo Manrique Lara, la Liga se equivocó a no darle continuidad a Hernán Torres, primero, y después a Javier Delgado.
"Don Hernán Torres nunca debió irse, tenía una buena propuesta, el equipo jugaba mejor. Luego, Delgado es un gran entrenador, de la casa y también lo hicieron a un lado. Hace falta que se lleve a cabo un buen proceso al frente, de un mismo técnico", enfatizó.
Mientras, el exftbolista Richard Smith expresó que los cambios en el sillón de DT van de la mano de la sequía de éxito que agobia a los rojinegros.
"La inestabilidad en Alajuelense se da por la falta de campeonatos. Esa es la razón de tanto cambio", opinó Smith.
La Pantera subrayó que un equipo como la Liga no puede pasar más de dos torneos sin obtener un galardón (lleva cinco en blanco) y esa presión cobra facturas elevadas.
"Esta junta directiva ya va de salida, apostó por José Giacone y estando en los zapatos de ellos hubiésemos hecho lo mismo porque quieren un título a cómo de lugar. A Javier (Delgado) le pasó igual, siempre tuvo el equipo arriba, perdió la final y eso en los equipos grandes no se perdona", apuntó.
El exjugador, que destacó con la camiseta rojinegra en los 90, manifestó que lo experimentado en los últimos días genera incertidumbre "porque el camerino ve cómo están sacudiendo el árbol y la afición no está contenta. Por todo lado hay problemas y cosas que arreglar. No es tan fácil pues se necesita cabeza fría para ir arreglando la situación poco a poco".