Redacción
De ser el único equipo que suma tres victorias al hilo, a ser goleado 5 por 1 por Limón. Un enorme contraste en el desempeño de Pérez Zeledón, pero que refleja la realidad de la mayoría de equipos en esta campaña.
Los técnicos de la división de honor identifican cinco razones por las que los clubes han tenido altos y bajos tan marcados, que se traduce en ocho equipos con opciones de avanzar a la siguiente ronda, pues el octavo lugar (Liberia) está a solo dos puntos del cuarto puesto clasificatorio.
El timonel generaleño, José Giacone, culpa al formato del torneo, que obliga a jugar miércoles-domingo o jueves-sábado, lo que limita el descanso de los futbolistas y genera rotaciones muy drásticas.
"La irregularidad se debe a que hay muy poca recuperación. El que planea eso es porque no se fija en la parte deportiva", afirmó el estratega argentino.
Giacone insiste en que es imposible que un jugador de fútbol se recupere en 48 horas, y menos aún con las pocas herramientas que poseen algunos equipos de la Primera División.
Actualmente, las cámaras hiperbáricas y otros instrumentos aceleran la recuperación del futbolista; sin embargo, la mayoría de los equipos pequeños no tienen a su disposición estos artefactos.
Es el caso de Limón, el entrenador Horacio Esquivel prefiere no tocar demasiado su equipo titular, pero hay ocasiones en que la fatiga ha sido un factor que le ha jugado en contra.
"No tenemos cómo recuperar a los jugadores de un día para otro como lo tienen otros clubes", afirmó Esquivel.
Otro aspecto que ha generado paridad entre los equipos es que los favoritos al título (Saprissa, Herediano y Alajuelense), viven en un proceso de reacomodo después de perder a figuras claves.
Los morados tuvieron que recomponer su defensa ante las bajas de Francisco Calvo, Adolfo Machado y recientemente Roy Miller y Joseph Mora por lesión; Herediano perdió a sus mejores cartas en ataque (Yendrick Ruiz y Jonathan Hansen) y la Liga varió notablemente su plantel.
Giacone cree que esto le permite al resto equilibrar la balanza y pelear por la clasificación.
"Uno ve que es la oportunidad de equipararse", agregó.
El cuarto aspecto es que los equipos que no se desarmaron y ya tienen un proceso maduro, son los que mejor se ubican en la tabla: Santos y Limón.
Ante la falta de semanas largas para consolidar una idea juego y conjuntar un grupo, las escuadras caribeñas aprovechan la acumulación de horas de trabajo y el conocimiento de la idea de juego.
Esto le da mayor protagonismo a dos clubes no tradicionales y complica aún más el torneo para los tradicionales.
"Quiero hablar de superación de los demás. Yo me alegro que haya siete u ocho equipos peleando la clasificación porque le da nivel a nuestro campeonato", recalcó el técnico tibaseño, Carlos Watson.
El último punto, y quizás más evidente, es la ardua lucha que se vive en la parte baja de la tabla, que hace que cinco conjuntos (San Carlos, Belén, Liberia, UCR y Carmelita) jueguen al límite para sumar y alejarse del sótano.
En este momento, los norteños, florenses y pamperos suman 32 unidades, solo un punto arriba está la UCR y a tres el conjunto de la barriada.
"Todos andan peleando, algunos por no descender y otros por meterse en la cuadrangular. De aquí al final será muy cerrado y tenemos que hacer conciencia en eso", recalcó el timonel Hernán Medford.
Estas circustancias también han dificultado que algún equipo mantenga un desempeño muy alto en la mayoría de cotejos, como sucedió en el torneo pasado con la S y el Team, que pelearon hasta el final por la cima.