Los liberianos les complicaron el juego a los hombres de casa en la primera parte.
La rotación que aplicó Medford en su once base le pasó factura porque a su equipo le faltó fluidez y claridad.
Salvo Óscar Esteban Granados que ejerció de motor incombustible, el resto de futbolistas cayeron en una descoordinacíón que hizo ver mal al Team.
La anotación pampera reflejó con precisión la falta de minutos de algunas figuras. El portero Daniel cambronero complicó la salida con Luis Omar Hernández y esa inseguridad en la salida se tradujo en el gol marcado por Francisco Flores.
Ni Keyner Brown en la cobertura ni Mauricio Núñez estuvieron a la altura al resguardar la parte baja en la anotación.
La defensa rojiamarilla se partió en la acción que nació en un saque de banda y gestada por Wálter Chévez, el responsable de guiar la sala de máquinas en el cuadro guanacasteco.
El tanto de Flores emparejó el marcador porque los rojiamarillos se habían puesto arriba desde el minuto 26 cuando Jonathan Hansen sorprendió con un remate desde afuera del área.
Al verse contra la pared, pese a que no perdía el juego, Herediano interpretó un guion más ofensivo en el segundo tiempo.
En el 53', Víctor Mambo Núñez ensayó un disparo similar al que canjeó por gol ante la Liga a mitad de semana, sin embargo, el desenlace no fue el mismo.
A diferencia del primer acto, la propuesta pampera fue mucho más conservadora, cimentada en dejar de presionar la salida de los florenses y soportar los embates de la artillería herediana.
El juego se convirtió en una cacería por el gol de parte de los locales y en sacar agua del bote para los visitantes.
Josué Martínez, quien ingresó de variante en el 56' puso el 2-1 cuando la desesperación empezaba a asomarse en las tribunas del Rosabal Cordero.
El ariete cerró un servicio que Hansen le lanzó por la derecha y que culminó sin marca en medio de una desubicada parte baja liberiana.
Cuando quedaban diez minutos para el final, los heredianos experimentaron un sobresalto cuando Cambronero falló en la salida y de no ser por el auxilio de un defensor por poco termina con la redonda en su puerta.