
Miami. Para encontrar un pergamino futbolero de Haití se debe hacer un ejercicio de memoria; entonces, nos encontraremos con ese halago en franca disputa con las telarañas y el olvido.
Fue en 1973, en Puerto Príncipe, cuando los haitianos ganaron en andas arbitrales el Norceca (el antiguo torneo de naciones de la Concacaf, que también era bienal) y se clasificaron a la Copa del Mundo Alemania 1974.
Desde entonces nada de nada. Sin embargo, de unos años para acá el futbol viene creciendo y ahora trata de reeditar las añejísimas glorias de Emmanuel Sanón y Henri Francillón.
Hoy jugadores como el portero Gabart Fenelón, Stephane Guillame, Jean-Jacques Jamil (del Miami de la MLS), Franz Bertin (del español Atlético de Madrid) y J. Michel Alexandre Boucicaut (Violette F. C. de Haití) son nombres que destacan en ese once.
Revelación. Este último, quien juega con el “10”, se reveló como un jugador interesante, de buen sentido de la pelota y con gran velocidad. A él le cometieron el penal que le dio la ventaja a su equipo en el partido ante Guadalupe.
El asistente técnico del combinado tico, Óscar Ramírez, admitió que no conocían a ese jugador antes del partido del miércoles. “No lo teníamos, es muy encarador”.
Haití es dirigido por Luis Armelio García, un cubano de padre haitiano, cuyas raíces le hicieron cambiar el beisbol por el futbol.
Ya regresó a la isla a un primer plano en el futbol caribeño, con el título de esa región; además se dejó el tercer lugar de la Copa Digicel, la semana pasada en Trinidad.
“El futbol ha crecido en Haití, por la unión que se ha dado en todo lo que tiene que ver con la Federación y por mi llegada”, dijo sin falsa modestia García, quien cuenta con un amplio currículum académico.
Aunque antes de él –llegó en el 2005– hubo una serie de técnicos argentinos que sembraron las semillas de ese nuevo Haití.
En todo caso, el empate del miércoles no entraba en sus planes. “Sigo convencido que debimos haber ganado esa noche”, masculló.
¿Ambiciones en esta edición de la Copa de Oro? “Llegar lo más lejos posible, porque para Haití este es un torneo muy importante que nos va a permitir crecer más. Nos sentimos muy fuertes, sobre todo en la parte mental”.