
Elías Aguilar es un jugador diferente, de esos que no son del montón, de los que sacan aplausos de la grada y se convierten en chineados de la afición.
Anoche, una genialidad del creativo florense conservó con vida a los florenses en la Liga de Campeones de la Concacaf.
El partido comenzó trabado para el Herediano; el equipo no encontraba la pelota y el cuadro de Tigres dominaba a placer.
Al 13’, ya los mexicanos ganaban, gracias a un error de marca de Allan Miranda y Keyner Brown. Antonio Briseño aprovechó un tiro libre que cobró su compañero José Torres y remató de cabeza al palo derecho del arquero Leonel Moreira.
La diana generó desesperación y dudas en los rojiamarillos, quienes fallaron mucho en la forma de hacer la transición de defensa-ataque.
Los dirigidos por Odir Jacques vivieron 29 minutos de confusión... hasta que apareció Elías.
Su regate, dominio del balón y precisión en el pase son elementos que conquistan al amante del fútbol vistoso.
En el 30’, el número 10 recurrió a su admirable uno contra uno y empezó a dejar atrás rivales. Aguilar se quitó dos marcas y cuando se dirigía al área para enfrentar al portero Nahuel Guzmán, el defensor Antonio Briseño se le barrió, le cometió falta y el árbitro central pitó penal.
Jonathan Hansen fue el encargado de cambiar la infracción por anotación.
Ya con la igualdad en la pizarra, el cuadro de casa comenzó a agarrar confianza. Otras figuras como Kenny Cunningham, José Sánchez y Randall Azofeifa comenzaron a sumar en el ataque.
El primer tiempo terminó con la tenencia de la pelota dividida entre los dos cuadros.
Para el complemento, el creativo volvió a ser un dolor de cabeza para sus rivales, los aztecas solo encontraban la forma de detenerlo por medio de las faltas. El zurdo generó cuatro tiros libres, los cuales fueron desaprovechados al estrellarlos en la barrera.
Pero el gran pecado de los locales fue no sacarle provecho a la drástica expulsión de Damián Álvarez, que pasó inadvertida, cuando pudo ser un elemento que inclinara la balanza.
La jugada más peligrosa de Heredia fue un cabezazo de Óscar Granados al 68’, luego de un centro de Cunningham tras una jugada con Condega.
Por su parte, Tigres apostó al orden defensivo. Los hombres del Tuca Ferretti eran conscientes de que con diez jugadores podían perder el compromiso.
Pero, aun y con sus reservas. los regiomontanos estuvieron a punto de llevarse los tres puntos, no por méritos propios sino por descuidos de los ticos.
Uvaldo Luna se fajó en un pique desde media cancha con Johan Condega, quien en el último momento logró meter la punta del zapato para evitar el gol.
A la postre, la genialidad de Elías Aguilar le da esperanzas al Team , en un partido que por lapsos daba la impresión de ser un acertijo sin respuestas.
