Los 20 futbolistas extranjeros que actualmente militan en la Primera División no tienen permiso de trabajo para jugar en el país.
Según un estudio solicitado por La Nación a la Dirección General de Migración y Extranjería , todos participan en el campeonato de manera ilegal, pues lo hacen con visa de turismo.
Hay uno (el colombiano Camilo Aguirre) a quien ya se le venció su documento; otro (el argentino Maximiliano Ardetti) aparece en el sistema como “fuera del país”, pese a que ayer se entrenaba junto al resto de la planilla santista.
De todos ellos solo cinco se han acercado a regular su situación migratoria. Ellos son: Anderson Andrade (Alajuelense), José Carlos Cancela y Juan Manuel Morales (Saprissa), Diego País (Herediano) y Julián Mosquera (San Carlos); los restantes no tienen ningún expediente en curso.
¿Por qué? A través de la historia clubes y jugadores se han decantado por la fórmula más sencilla: tener jugadores en calidad de “turistas” con el único pero de que cada tres meses tienen que abandonar momentáneamente el país para poder renovar su visa.
Ese “portillo” permite que la persona se mantenga “legal” en el país por el tiempo que requiera, pero no lo faculta para trabajar.
“La ley y el reglamento son claros en ese punto: para que una persona trabaje en un país extranjero necesita un permiso de trabajo, un trámite que se tiene como engorroso pero que la verdad es bastante simple”, explicó ayer la directora de Migración Kathya Rodríguez.
Según Rodríguez, el problema es que en Costa Rica la cultura migratoria es muy pobre y eso ha causado siempre que se busque la salida más fácil.
Sin embargo, la nueva reglamentación también es clara en cuanto a sus sanciones.
Por ejemplo, a la persona que se compruebe que está trabajando de manera ilegal se le exigirá tramitar su permiso o abandonar el país; también podría ser detenido por la policía de Migración.
El problema es que mientras dure ese proceso no se puede trabajar, y según la directora las autoridades tienen un plazo máximo de tres meses para brindar un fallo.
Al empleador, por su parte, se le podría sancionar con entre 2 y 12 salarios base, según la falta.
La ley también tiene un pero, pues además de los documentos pertinentes exige que los patronos estén al día con la Caja para poder aprobar las visas de trabajo, y ese punto siempre ha sido un obstáculo para el futbol nacional.