El expresidente de la Federación Costarricense de Fútbol (Fedefútbol), Eduardo Li, cumple este miércoles 57 años. Él está en Suiza, donde permanece en prisión a la espera de evitar ser extraditado a Estados Unidos.
Luego de 168 días bajo arresto, el exdirigente está "bien de salud y de estado anímico", según confirmó esta mañana a La Nación Róger Guevara, abogado que lleva la defensa del costarricense.
Li se encuentra en la cárcel de Winterthur, una prisión pequeña con capacidad para 48 personas, ubicada 26 kilómetros al noroeste de Zürich, ciudad donde fue arrestado el pasado 27 de mayo antes de participar en el Congreso de FIFA.
A Li se le acusa de haber aceptado sobornos en la venta de los derechos de comercialización a la empresa estadounidense Traffic, relacionados a la transmisión de los partidos eliminatorios de Costa Rica rumbo al Mundial Rusia 2018.
Defensa en marcha. El exfederativo aguarda para que fructifique la apelación que presentó ante la orden de extradición emitida por la justicia de Estados Unidos, girada en setiembre pasado.
"La apelación a la extradición fue presentada el día 29 de octubre y está en trámite. Aún no ha sido resuelta", explicó Guevara.
Ante consulta de este medio, Ingrid Ryser, oficial adjunto de la Oficina de Justicia de Suiza, detalló que no hay certeza de cuándo se resolverá la petición de los abogados de Li.
"Él ha dicho que quiere recurrir, puede dar 30 días o más, es una decisión que toma el Tribuna Penal Federal", indicó.De los siete oficiales de FIFA detenidos en mayo pasado, solo cinco siguen en territorio suizo debido a que tanto Jeffrey Webb (expresidente de la Concacaf), como José María Marín (expresidente de la Federación Brasileña de Fútbol), pagaron fianzas millonarias para estar bajo arresto domiciliar en Nueva York, Estados Unidos.
Aparte de Li, aún permanecen en Suiza Kostas Takkas (asistente de Webb en Concacaf, el nicaragüense Julio Rocha (expresidente de la Federación Nicaragüense) y los suramericanos Rafael Esquivel (Venezuela) y Eugenio Figueredo (Uruguay).
Este último aceptó ser extraditado a su país de origen, luego de que el gobierno abriera una causa contra él por supuesto enriquecimiento ilícito. Sin embargo, no será trasladado de inmediato, pues se está a la espera de que Estados Unidos acepte la petición.
"Al igual que las autoridades penales de los EE. UU., las autoridades penales uruguayas también sospechan que Figueredo ha abusado de su función para su propio enriquecimiento. Según estas autoridades, habría aceptado sobornos millonarios a cambio de otorgar a una sociedad de comercialización estadounidense los derechos de distribución concernientes a la difusión de partidos de fútbol", indica el comunicado oficial sobre el caso de Figueredo.