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Un novato puso pecho a los remates y se consolidó como revelación. Otro portero miró desconsolado al cielo en medio de una monstruosa pesadilla. Los nombres y colores sobran... También las explicaciones del cómo Cartaginés se clasificó a semifinales y dejó a Saprissa en el sitio donde la duda habita.
Más que los errores locales, los brumosos merecen el reconocimiento por su atrevimiento. Hincaron la Cueva por mérito propio y no solo porque otra vez un meta morado –turno de Danny Carvajal– haya salido como el villano.
Sin especular. Cartaginés tomó notas de la lección que a malas aprendió el Herediano la semana pasada, cuando llegó a encerrarse a Tibás y salió derrotado.
Por eso, Claudio Ciccia nunca plasmó la intención de encerrarse y rezar. Lo mostraron Carlos Hernández y Johan Condega con un vértigo muy temprano.
Al 5’, el Zorro perdonó. Al 8’, Condega cayó frente al área. Al 9’, Hernández engañó a la barrera y Johan coló un zurdazo por el lado del guardameta. Así de vertiginoso fue el arranque de un conjunto brumoso que no tardó en ponerle números a su ahínco.
El Monstruo respondió, los azules no se dejaron y el partido se tornó veloz y atractivo.
Si los visitantes Condega y Hernández parecían imparables, los locales Deyver Vega y Juan Bustos Golobio lo eran.
Los talentosos volantes morados sacaron suspiros a la afición y probaron la valía de un Alejandro Gómez infranqueable en portería. Si, el novato que la Liga descartó ayer se lució como si fuera el mejor guardameta del país.
Dos dudas, pocas respuestas. Saprissa tiene dos huecos tremendos: ya no quedan adjetivos para descalificar lo de su portería, y la ausencia del sancionado David Guzmán anoche se acabó de constatar como insalvable.
La del marco contamina de incertidumbre a todo el equipo y regala puntos vitales.
Apenas corría el segundo minuto de una complementaria cuando Andrés Lezcano mandó un suave remate lejano que Carvajal no supo detener.
En cuanto a Guzmán, sin él los morados pierden la recuperación, el equilibrio, la salida, la identidad y la garra.
El descuento de Ariel Rodríguez, en el 90’+3, apenas sirvió para ilusionar con la “Saprihora”.
Empero, no escondió la realidad: el liderato, la ventaja deportiva, llegar a semifinales con un rostro de solidez... son anhelos perdidos para Saprissa.
