EscucharPuntarenas. El buen juego de Barrio México, equipo que no ganaba desde hace un mes, revivió ayer en el momento y el lugar menos esperado: en cuartos de final de la Liga de Ascenso, bajo el calor del Estadio Lito Pérez, de Puntarenas.
Los de la barriada habían empatado la semana pasada 2 a 2 en el Colleya Fonseca ante los porteños, pero ayer los superaron 1 a 2 en un juego de infarto que superó el tiempo reglamentario y que se decidió minutos antes de entrar a los penales.
En el Pacífico el día amaneció de la única forma lógica para una mañana de finales de noviembre, con calor y con las graderías naranjas del estadio chuchequero esperando la partida desde las 11 a. m.
La afición porteña no llenó el reducto, pero sí se notó más identificada de lo normal. Cualquier pase, remate y falta era digna de una crítica unísona desde las graderías.
El juego, digno de una serie de cuartos de final, fue intenso de principio a fin y hacía inevitable hacerse la pregunta sobre cuánto tiempo iban a aguantar los equipos con ese ritmo y bajo aquel intenso sol.
En fin, ninguno cedió, y ambos arqueros se lucían por igual ante las ofensivas comandadas por Mario Camacho por los naranjas y Cristian Carrillo para el cuadro visitante.
La falta de autoridad del juez central Adrián Elizondo fue apenas un condimento más para la mezcla, que resultó en un revoltijo de patadas y empujones que hacían pensar que se trataba de una mejenga de barrio.
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El jugador de Barrio México, Erick Marín, festeja el triunfo 1-2 ante Puntarenas en el estadio Lito Pérez. Marín fue un jugador fundamental para que su equipo lograra el boleto a las semifinales. | ALEXANDER CARAVACA (Alexander Caravaca)
Finalmente, un contragolpe al 67’ dejó tendida a la zaga porteña y cayó en el pie derecho de Luis Fernando Sáenz, quien luego cruzó un remate rastrero hacia las redes.
La reacción puntarenense fue tal y como se esperaba, y luego de varios intentos, lograron el gol.
Rafael Núñez peinó un balón hacia atrás luego de un envío de tiro libre al área y puso al Lito Pérez a gritar eufórico a falta de nueve minutos para el final.
El desenlace natural, y el único que podría diferenciar a este par de hambrientos, eran los tiempos extra y eventualmente los penales.
Sin embargo, a falta de dos minutos para la ejecución de los lanzamientos desde los 11 pasos, el volante Manuel Jiménez aprovechó la mala salida del arquero chuchequero Guillermo Moreira para acomodar el balón en el marco desde el segundo palo.
En el festejo, Jiménez corrió como nunca antes lo había hecho junto con la estampida de sus compañeros a su espalda. Al final la barriada ya está en la siguiente ronda de la Liga de Ascenso .
