Herediano mantiene abierta la herida sobre Alajuelense. Este miércoles se volvieron a ver las caras tras la final del Verano pasado y la dosis fue la misma: el Team dejó el campo con la victoria debajo del brazo al imponerse 2-1.
La balanza se volcó del lado rojiamarillo merced a una anotación de altos quilates facturada por Víctor Mambo Núñez, quien a diez minutos de final liquidó un compromiso de pierna caliente.
En el primer tiempo se aplicó al máximo aquella vieja ley del que no hace el gol ve cómo se lo hacen. El León lo sufrió.
La Liga, sin ser un dechado de virtudes en ofensiva, fabricó la mayor cantidad de ocasiones para anotar, entre ellas, el penal que Leonel Moreira le tapó a Jameson Scott en el 32’.
El arquero adivinó la dirección del disparo y a una mano desvió el esférico.
Solo un disparo directo de los heredianos antes de la anotación refleja quién propuso más, pero a fin de cuentas fue insuficiente en la contabilidad.
La defensa rojinegra, muy lenta y desubicada, quedó en evidencia en un tiro libre que acabó en la red gracias a un toque sutil de José Miguel Cubero. Allan Miranda aprovechó la pasividad de Esteban Marín, colocó la pelota en el corazón del área y Cubero solo tocó para castigar al equipo visita.
Así cerró el primer acto de un juego cortado por las faltas, 12 florenses y 11 erizas para promediar un foul cada dos minutos.
Las imprecisiones le restaron emotividad al juego en el complemento. Los equipos no se sintieron cómodos en el tránsito del balón y el duelo, por momentos, se convirtió en un ir y venir sin atractivo.
Hubo adrenalina cuando Pablo Gabas pegó la redonda en el horizontal y estuvo a poco de emparejar las cifras.
El ingreso de Diego Madrigal le inyectó dinamismo a la Liga, muestra fue que a 18 minutos del final probó a Moreira con un remate seco.
Aquel aviso fue el preámbulo de la anotación rojinegra. Miranda, quien había gestado el tanto florense, falló en la marca de Johnny Woodly, este se abrió camino dentro del área y no perdonó.
El veterano artillero reventó la pólvora cuando más lo necesitaba su club y en solo tres minutos dio en el clavo.
Pintaba a empate pero Víctor Núñez se sacó un conejo del sombrero e hizo magia.
El goleador recibió un pase de Azofeifa, vio a Pemberton salido y ubicó el balón en un sitio inalcanzable para el portero liguista.
Los minutos finales se cargaron de roces ya que una falta de José Salvatierra sobre Elías Aguilar encendió los ánimos. Ese detalle calentó el juego, que acabó marcado por un conato de bronca que no pasó a más pero reavivó la tensión de dos equipos con marcado rencor deportivo.
Repasé aquí el minuto a minuto: