El ciclista costarricense Andrey Amador (Movistar Team) tiene una mezcla se sentimientos encontrados, pero de cara a la cronoescalada de este domingo, lo que más quiere es recuperar la salud.
"Aquí vamos, sufriendo, porque llevo dos días con una gripe que me tiene un poco limitado; pero dentro de todo, estoy contento", manifestó Andrey Amador a La Nación.
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Tras ascender seis premios de montaña que eran legítimas paredes y debido a un ataque muy potente del italiano Vincenzo Nibali (Astana), Movistar Team salió herido: perdió una batalla, pero no la guerra.
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Andrey Amador portó esa prenda rosada durante un día y la montaña se la arrebató para entregársela al holandés Steven Kruijswijk (Lotto Jumbo).
Alejandro Valverde pasó a ser cuarto, a 3:06; mientras que el tico ahora marcha en la quinta casilla, a 3:15.
El nacional ya había dicho que él estaba seguro de que esa prenda no le iba a durar mucho, porque la consiguió justamente un día antes de la etapa reina que causó estragos.
Sin embargo, este día estará guardado por siempre en su corazón. Fue una experiencia nueva para él y a como sufrió en la montaña, cuando hasta tuvo que abrirse la camisa dando muestras de flaqueza y de aguante, también lo disfrutó.
"La verdad es que para mí es algo inolvidable. Es un sueño hecho realidad, porque vestir el rosado en el Giro es algo que siempre lo soñé, mi familia lo pudo disfrutar aquí conmigo y yo creo que fue algo bonito para Costa Rica también", reseñó Amador.
El nacional reconoció que tuvo algunos inconvenientes en las subidas, pero pudo descontar algunos segundos en las bajadas.
"Fue un día difícil, en las subidas tuve problemas, pero luego recuperé en la bajada. El equipo sigue en la pelea y fue un día que en lo personal no era lo mejor para mí, hay que darle vuelta para este domingo, como dicen borrón y cuenta nueva", acotó el tico en declaraciones suministradas por Movistar Team.
En catorce etapas, el rutero nacional ha pedaleado 2.425,8 kilómetros y aún faltan 1.037,85 para que se corone al campeón en Turín el próximo 29 de mayo.
Con las fuerzas mermadas por tanta exigencia y al estar resfriado, el último día de descanso le caerá muy bien a Amador, pero antes del lunes libre, tiene que hacerle frente este domingo a una cronoescalada de 10,85 kilómetros en el Alpe di Siusi.
Los primeros dos kilómetros están trazados sobre un falso llano, seguidos por 9 kilómetros en pendiente media del 8,3%.
"Ya la había ido a ver con Alejandro (Valverde) y la verdad es que es una cronoescalada muy rápida, pero muy dura", apuntó Andrey Amador.