En Costa Rica, las mayores muestras de afecto se dan en la calle; con banderas, flores y pancartas llenas del cariño de los ticos.
Desde mediados del siglo XX, los costarricenses han salido a las calles para dar la bienvenida a sus héroes deportivos: futbolistas, nadadoras y atletas que cosecharon triunfos históricos fuera de nuestras fronteras.
Los Chaparritos de Oro, la selección nacional que ocupó el tercer lugar en el Campeonato Panamericano de Fútbol en 1953, fueron de los primeros en ser recibidos con un baño de multitudes, apenas pusieron un pie en el país.
La ondina María del Milagro París en 1973, el fondista Rafael Ángel Pérez un año después, regresaron al país con medallas y trofeos que los ticos celebraron como suyos.
En 1988, Silvia Poll y su medalla de plata en los 200 metros libre de la natación de los Juegos Olímpicos de Seúl, hicieron que la gente volviera a las calles para recibirla.
En la década siguiente, la Selección Nacional que clasificó a octavos de final en Italia 90 y la nadadora Claudia Poll, medalla de oro en Atlanta 96, pintaron de orgullo nacional su camino del aeropuerto al centro de San José.
La misma Claudia, el Deportivo Saprissa, la Selección Sub-20 cuarto lugar en Egipto 2009 y el atleta Nery Brenes, son algunos de lo homenajeados en este nuevo siglo.