Río Segundo de Alajuela. Hace más de 30 días, la boxeadora costarricense Hanna Gabriel dejó de lado los pañales de su hija Mía, para volverse a enfundar sus acolchonados guantes rojos de boxeo.
Su sonrisa pícara y su alegría son las mismas de antes, pero ahora su orgullo de mamá la lleva a pegar con más fuerza y entusiasmo. Además, su hija de seis meses es ahora su principal fuente de inspiración.
La excampeona mundial de 130 libras regresó a los entrenamientos luego de su última pelea en febrero del año pasado, en la que perdió el título ante la dominicana Oxandia Castillo, y tras un largo periodo de embarazo.
Ahora, y pese al poco tiempo de preparación, la boxeadora podría tener un retorno mucho más prematuro, pues su mánager Mario Vega confirmó que hay una posibilidad muy fuerte de tener su retorno para el próximo mes de octubre.
Incluso, la idea es unir la pelea por el título mundial interino de las 112 libras de la OMB que disputará la costarricense Carolina Arias ante la mexicana Sandra Robles, con el esperado retorno de Gabriel.
Eso sí, la pelea de Arias con Robles está programada para el 20 de setiembre, por lo que pedirían posponerla para mediados de octubre y así tener a Hanna lista.
“No queremos correr, pero vamos a observar cómo es el comportamiento de Hanna en las próximas semanas para conocer si está lista para subir al ring “, declaró Vega.
De albergar los dos combates se valoraría cambiar el gimnasio de la Ciudad Deportiva de Hatillo por un lugar con más espacio.
Cabe resaltar que el título mundial de las 130 libras está vacante, por lo que no se descarta que el regreso sea de una vez por el cetro.
“Yo quiero tener un combate de preparación, pero va a depender de la opinión de mi equipo. Si pudiera ir por el título, diay yo subiría a pelear encantada”, afirmó Gabriel.
Madre guerrera. Para nadie es un secreto que recibir muchos golpes no es del agrado de muchos, y en el boxeo, esto es pan de todos los días.
Esto ha hecho que ya varias personas le aconsejen a Hanna que se cuide más y que piense en su hija.
Pero los que viven en la lona saben que arriba los miedos se esfuman, pues ese es su estilo de vida.
“Cuando una es boxeadora es una guerrera y es muy difícil cortarnos las alas... Yo no espero pelear por mucho tiempo, pues yo quiero poder asegurarme un futuro, poner mi propio gimnasio y así darle una calidad de vida a mi hija”, mencionó la pugilista.
Hanna entrena a doble sesión. Por las mañanas toca boxeo y en las tardes acondicionamiento físico. El rato que le queda se lo dedica a Mía, quien la cuida su mamá.
Hanna solo aumentó un poco de peso durante el embarazo, pero nada fuera de lo normal, eso sí, afirma que ahora lucha contra las hormonas que quieren sensibilizarla.
Esto no es excusa para golpear con más fuerza, pues cuenta con un mejor repertorio de golpes.