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Kaká lo ha negado y los ejecutivos de la MLS solo mencionan lo dulce que sería contratarlo. La misma historia de hace seis años, cuando David Beckham orbitaba cerca del Galaxy de Los Ángeles.
Lo cierto es que el una vez astro brasileño no está contento con los pocos minutos que Jose Mourinho le da en el Real Madrid y en la MLS parecen estar cerca de elevar la apuesta.
Cuando el Galaxy contrató a Beckham fue a lo seguro. El Spice Boy garantizaba el glamour necesario para elevar la liga al siguiente nivel.
Kaká no tiene ese mismo encanto y tampoco está por acabar contrato. De llegar a los Estados Unidos sería con el pago de una millonaria cláusula de rescisión.
En el 2009 el Real Madrid pagó 65 millones de euros para traerlo desde el Milán. Los merengues no quieren tirar por la borda toda esa gran inversión.
La cuestión es si el futbol estadounidense está listo para ingresar a jugar en el mercado mundial de pases, dominado totalmente por el Viejo Continente.
Tampoco es claro quién haría la inversión. El Galaxy necesita reemplazo para Beckham. Pero el Red Bull de Nueva York, la única otra ciudad capaz de proporcionar el mercado para pagar al brasileño, parece estar haciendo los movimientos necesarios para conseguir una estrella que acompañe a Thierry Henry en la lucha por conquistar campeonatos.
Lo cierto es que un jugador de la fama de Kaká es más una necesidad que un lujo para la MLS y no parece haber otro futbolista asequible en este momento.
Alguien con más talento y ritmo parece impagable. Por ahora...
