El paso del Spice Boy por la MLS no fue en vano. David Beckham deja una liga que prácticamente duplicó su tamaño en seis años y entró a competir con las Grandes Ligas.
En el 2006, antes de que se anunciara su llegada a Los Ángeles, se contabilizó un promedio de asistencia a los estadios de 15.504. En este campeonato, que terminó con el título para el Galaxy de Beckham, el promedio subió a 18.807.
No parece tan radical el cambio. Pero en aquel 2006 solo habían 12 franquicias, hoy hay 19.
Eso implica que el total de asistentes se divide entre mayor número de partidos. Así que el cambio real está en que en el 2006 ingresaron 2,97 millones de aficionados a los partidos de la Mayor League Soccer. La organización informó de que en este 2012 ingresaron más del doble: 6,07 millones.
Según Nelson Rodríguez, vicepresidente ejecutivo de la MLS, en la temporada 2012 sobrepasaron el promedio de asistencia de las Grandes Ligas de Beisbol (MLB). Ya solo ven para arriba al baloncesto y al futbol americano.
Fue hasta que se dio el glamoroso arribo del astro británico que la liga consiguió firmar contratos televisivos a nivel nacional en Estados Unidos: NBC y ESPN.
En infraestructura, el cambio es radical. La MLS pasó de cuatro estadios a 14 (con otro cerca).
También se pasó de 0 a 19 academias de futbol (una por club).
La “Regla Beckham”. La llegada del último de los Galácticos del Real Madrid a las cercanías de Hollywood no se dio por casualidad. Fue un cambio de estrategia en el futbol estadounidense.
Con Beckham se creó la Regla del Jugador Designado, para permitir que los equipos rompieran el tope salarial al sumar una estrella.
Hoy en día son tres los jugadores designados que cada franquicia puede sumar con salarios superiores a los $350.000 anuales.
Desde entonces, han arribado estrellas como el francés Thierry Henry, el irlandés Robbie Keane, el colombiano Juan Pablo Ángel y los mexicanos Cuauhtémoc Blanco y Rafael Márquez.
Todos han aportado su futbol y su atractivo para mercados de nacionalidades específicas.
Incluso el delantero costarricense Álvaro Saborío se ha beneficiado de la “Regla Beckham”, pues fue contratado como el jugador franquicia del Real Salt Lake.
Millones de “$” en mercadeo. En cuanto a imagen y mercadeo, el beneficio fue mutuo.
Si bien en el 2007 se anunció que el acuerdo con Beck era de $250 millones por cinco años, en realidad se trató de un salario anual de $6,5 y una parte de las ganancias del equipo (suma que alcanzó los $50 millones en cinco años).
Según Forbes, las ganancias totales del inglés en sus seis años de MLS (amplió su contrato por un año más) fueron de $255 millones.
Beckham retuvo marcas como Adidas, Pepsi, Disney y Gillette, al tiempo que sumó patrocinios como Armani, Sharpie, Yahoo, Electronic Arts, Samsung y Burger King.
También tuvo algo que en Europa nadie le hubiera dado: la totalidad de sus derechos de imagen. En el Real Madrid, por ejemplo, solo contaba con el 50%.
Por su parte, la liga vio incrementar en 231% el ingreso por vender productos promocionales.
Y los números e indicativos de crecimiento continúan... Definitivamente Beckham elevó a la MLS a otra galaxia.