Si bien al inicio se advierte que se trata de una obra de ficción, Phil Spector perfectamente podría pasar por una biografía autorizada, dada la excéntrica vida de su personaje principal.
Este domingo 5 de mayo HBO estrenará una producción original sobre el mediático juicio que hoy tiene tras las rejas a Phil Spector, uno de los productores musicales más influyentes en la historia de la música moderna.
El creador de la técnica de grabación del Wall of Sound ( Muro del sonido ) es un bicho raro de la mejor factura hollywoodense, adicto a las armas y condenado por el asesinato de Lana Clarkson, una actriz de cine de bajo presupuesto que tuvo la desdicha de conocer a Spector pocas horas antes de que este le disparara en su mansión, en el 2003.
La pesadilla de proceso judicial que siguió es el sustento de la película, que cuenta con dos míticos ganadores del Óscar en los puestos estelares: Al Pacino y Helen Mirren.
Pacino se mete dentro de las estrafalarias pelucas del productor musical, mientras que Mirren hace las de Linda Kenney Baden, la abogada que asumió la defensa de Spector al cierre del juicio, tras varios vacíos en el equipo legal a cargo de defender al indefendible.
Según el relato en el que se basa Phil Spector , Kenney mantuvo intensos encuentros con su cliente, dado el carácter volátil del acusado. Y es en esto donde la realidad y la ficción marchan tomadas de la mano.
Spector pasó a la historia por sus dos facetas, siendo la más conocida la de creador de éxitos, tanto como compositor que como productor. Por su manos pasaron desde los Beatles hasta los Ramones y su sello está presente en clásicos como Imagine , de John Lennon.
Sin embargo, aquel magnate de la canción tuvo su faceta oscura, la de un hombre violento que a la menor disputa desenfundaba su revólver y apuntaba el cañón a la cara de sus mejores amigos.
Muchas son las leyendas de Spector y las armas, como aquella de cuando amenazó a Leonard Cohen con una flecha o bien cuando mantuvo a los Ramones encerrados a punta de pistola.
Sin embargo, la única persona que cayó bajo las balas del productor fue la incauta Clarkson, muerta de un balazo en la boca que Spector trató de disimular como un suicidio. Nadie le creyó.
Desde el 2009 este miembro del Salón de la Fama del Rock and Roll es un residente más de la prisión de Corcoran, California. Tiene 73 años y difícilmente saldrá vivo de la cárcel, pues no será antes de cumplir 88 que podrá optar por la libertad bajo palabra.