17Agosto2010 9:30am Escuela de Ingeniera Elctrica del TEC, Cartago. Entrevista a Juan Scott Chaves sobre antibitico hecho con nanotubos de carbono, y visita al laboratorio de nanotecnologa. / Juliana Barquero para LN (Juliana Barquero)
Un microbiólogo que ha estudiado la dieta de las hormigas zompopas y un ingeniero eléctrico que trabaja con nanotubos de carbonos, fueron anunciados ayer como los ganadores del Premio Nacional de Ciencia y Tecnología Clodomiro Picado Twight en su edición 2010.
El anuncio fue hecho mediante un comunicado de prensa remitido por el Ministerio de Ciencia y Tecnología (Micit).
El ganador del premio de Ciencia fue el doctor Adrián Pinto Tomás, especialista en biotecnología y quien actualmente labora como profesor de Bioquímica en la Escuela de Medicina de la Universidad de Costa Rica (UCR).
Mientras tanto, el de Tecnología fue para Juan Scott Chaves Noguera, máster en ingeniería eléctrica con énfasis en dispositivos digitales, quien desarrolla investigaciones en el Instituto Tecnológico de Costa Rica (ITCR) sobre nanotecnología desde su puesto como profesor investigador de este centro de estudios.
En la designación de los ganadores tomaron parte miembros de la Academia Nacional de Ciencias y de la Cámara de Tecnologías de Información y Comunicación, según el comunicado.
Las zompopas cortan hojas, las llevan a su nido, las mojan con su saliva y gotas fecales ricas en enzimas digestivas y ahí cultivan el hongo del cual se alimentan.
Ese alimento por sí solo es bajo en nitrógeno, un elemento vital en formas de vida como la de las hormigas, pero Pinto descubrió que es una bacteria del género
El jurado consideró que el trabajo de Pinto “constituye una contribución significativa a la comprensión de las relaciones simbióticas entre insectos y microorganismos en ecosistemas tropicales”.
Pinto dijo ayer a La Nación que actualmente trabaja en la creación de productos que permitan el control biológico de las plagas de zompopas.
Además, tiene interés en conocer mejor cómo degradan el material vegetal, lo cual podría tener aplicaciones desde el punto de vista de generación de biocombustibles en nuestro país.
Si una bacteria ingiere un nanotubo como parte del proceso en que se crean, esta bacteria no se puede reproducir, lo cual se entiende como un efecto antibiótico.
El jurado de este premio considera que el trabajo de Chaves “constituye una contribución significativa a la comprensión de la innovación y propiedad intelectual”.
Chaves declaró a La Nación que planea continuar desarrollando proyectos relacionados con nanotecnología en el ITCR.
El científico destacó que en el corto plazo espera que este centro de estudios logre crear una especie de cooperativa de productores de nanotubos de carbono, los cuales tienen distintas aplicaciones comerciales.