T odo tiene su final, nada dura para siempre, tenemos que recordar que no existe eternidad ' La Voz metálica, hiriente y pícara emerge de las sombras y acaricia el micrófono para entonar su canto de cisne, florecer y marchitarse.
El rey de la puntualidad. El cantante de los cantantes, Héctor Lavoe, fue un espejismo boricua que cantó su desventura con la irreverencia de los elegidos.
Me paran siempre en la calle, mucha gente que comenta ¡Oye Héctor! tu estás siempre con hembras y en fiestas. En vida todo lo ganó y en la muerte todo lo perdió. Hedonista, manirroto, “malamansado”, creyó que todo el campo era orégano y en su agonía gritó: “¿Quién diablos me mandó ser cantante?”
Fama, Periódico de ayer, El cantante, El Todopoderoso, Juanito alimaña, Calle luna, calle sol, Mi gente, Todo tiene su final, Ella mintió, El día de mi suerte , fue el decálogo que lo elevó a los altares de la música latina en los años 70.
Como un huracán caribeño su voz barriobajera arrasó en los conciertos, pero terminó en una brisa tropical por su adicción a la heroína, la bancarrota y la explotación de sus representantes. “Inyéctalo y que cante, para no perder plata, una agujita por aquí, estaba flaquísimo, demacrado y maltratado.” contaba el salsero Bobby Cruz.
Yo soy Héctor Lavoe, miren que musculatura, miren que linda figura la verdad que yo me veo bien. El promotor Arturo Franquees bautizó a Héctor Juan Pérez Martínez, nacido en Ponce –Puerto Rico– en 1946, como Héctor Lavoe, en honor al artista portorriqueño Felipe Rodríguez, apodado “La voz”.
Nieto e hijo de músicos cantó desde niño en las fiestas patronales y en las ceremonias escolares; a los 12 años participó y perdió en un concurso de televisión , a los 14 formó su primera banda con un grupillo de amigos y tocó en algunos locales.
El cantante
No se puede corregir a la naturaleza, palo que nace doblao jamás su tronco endereza' Contra los consejos de su padre, arribó a Nueva York a los 17 años, en 1963, y pagó el precio de todo inmigrante: laboró extenuantes jornadas y probó suerte en los salones de baile.
La voz del jovencito cautivó a la clientela. Ganaba $18 por noche, un platal para un muchacho que apenas acabó los estudios básicos. Así conoció la dupla que lo desbarrancó: el éxito y la tragedia.
Yo soy la fama, soy tristeza y sonrisa pagada que con dinero se puede obtener' La carrera del “Jibarito de Ponce” fue vertiginosa y formó varias bandas: Orquesta Nueva York, The Alegre All Star y en 1966 conoció al trombonista Willie Colón, que tenía 15 años y su propia orquesta. “Conocimos el mundo juntos, aprendí a hablar español con él, tenía sentido del humor, era brillante y con una mente increíble” dijo Colón. El pertenecía a una corriente de músicos que practicaban la fusión de varios ritmos caribeños: son montuno, guaguancó y guaracha, que dieron origen a la salsa.
En los años 60 la explosión del rock y el fenómeno de Los Beatles contagió al mundo; gracias a la salsa la juventud latina pudo identificarse con sus raíces y evitar la alienación cultural.
L a gente le teme porque es de cuidado, pa' meterle mano hay que ser un bravo; si lo meten preso sale al otro día, porque un primo suyo está en la policía' Héctor usaba cadenas y anillos de oro, vestía de blanco según el ritual de la santería; calzaba grandes lentes y el peinado a la moda setentera como un auténtico Juanito Alimaña.
Colón, el amigo que dejó botado a causa del vicio, dijo que Lavoe se había “graduado con altos honores en la Universidad del refraneo, miembro del Gran Círculo de los Soneros, poeta de la calle, maleante honorario, héroe y mártir.”
Caminaba tan orgulloso y de su dolor nadie sabía' Los problemas familiares eran un detalle; el hundimiento vino tras el fatal accidente en que se mató Hectitor, el hijo que tuvo con Nilda “Puchi” Román, su controvertida esposa. Adicta y controladora, sometía a Lavoe a continuas humillaciones públicas; cobraba los contratos y le recordaba al artista los lugares dónde debía “tocar”.
Sé que antes de mi muerte, seguro que mi suerte cambiará' En sus últimos años Lavoe fue solo una sombra de sí mismo, apenas podía cantar, cojeaba, tenía paralizada media cara, estaba desdentado y con las cuerdas vocales atrofiadas. Nada quedaba de aquella dicción clara, de sus virtuosas improvisaciones que le permitían triturar los versos y convertirlos en nuevos textos musicales.
Songoro cosongo
En los barrios de guapos no se vive tranquilo' Héctor hablaba del barrio, con humor y sarcasmo. “Era un canto de arrabal, distinto y particular pero con mucho talento” expresó César Miguel Rondón, autor del Libro de la salsa .
En el verano de 1967 Lavoe y Colón grabaron su primer álbum, El malo , que fue un fenómeno musical. Esta pareja que conquistó el universo del ritmo fue un matrimonio inestable que se tambaleó y colapsó por los excesos de Lavoe. Al final Héctor, acabado física y moralmente, decidió seguir solo.
Para 1975 sacó el álbum La Voz , cuyo éxito fue de proporciones megatónicas: el cantante hacía llorar con sus piezas, entre ellas la clásica Periódico de ayer.
La vida me ha dado todo, desengaño e ilusiones' “En lugar de tener éxito tuvo gran sufrimiento, entre más crecía como artista, más se hundía como ser humano, por su adicción a la heroína y otras drogas nunca llegó a conocer la vida”, sentenció su amigo Domingo Quiñones.
Para aprovechar su imagen, en 1977 lanzó una campaña contra el consumo de marihuana; quería sensibilizar al público pero sus representantes lo censuraron porque el “chico malo” no podía cambiar de estilo.
Con el corazón destrozado y el rostro mojado soy tan desdichado' Aquel año, producto de su vida disipada desapareció del escenario, dejó inconclusos varios conciertos y giras con su compañía disquera; había perdido toda conciencia del espacio y del tiempo.
En abril del 77 fue internado en un sanatorio mental con un cuadro clínico depresivo, y a pesar de la grave situación se recuperó y volvió a los escenarios.
Al año siguiente lanzó su álbum 29 titulado Comedia , con una portada en la que imitaba a Chaplin. Incluía El cantante compuesto por Rubén Blades que sería una especie de autobiografía musical: Y nadie pregunta si sufro si lloro, si tengo una pena que hiere muy hondo.
Si a finales de los 70 grababa dos discos por año; en la década de los 80 acumuló más de 30 y alcanzó más renombre con producciones como Qué sentimiento y Reventó , combinadas con sus presentaciones con la disquera Fania All Star.
Si ayer fue felicidad hoy es tristeza' Era un cantante de éxito pero no podía escapar a su destino; la vida lo había condenado y tras cada éxito venía una tragedia. Así pasó en 1987. En febrero un incendió consumió su apartamento en Queens y tuvo que saltar al vacío con su esposa para huir del fuego; después su suegra Gina –de quien se burló “cariñosamente” con el tema Soñando despierto – murió apuñalada en Puerto Rico. Nunca volvió a interpretar esa pieza.
Canto, río y sufro también' Regresó a Puerto Rico para una presentación en las fiestas patronales de San Juan. El concierto de Bayamón estuvo mal organizado, era un día lluvioso, hubo problemas con el pago a los sonidistas y luminotécnicos. Mientras entonaba Mi gente le cortaron la luz y el sonido.
Humillado, volvió al Hotel Regency. Peleó con Puchi y se lanzó del noveno piso; falló en su intento de suicidio pero quedó como un Cristo: una mano rota, partidas las piernas, astilladas las costillas y varias vértebras.
Bobby Cruz le rogó que se internara en uno de sus programas de rehabilitación, pero personas cercanas a Lavoe lo impidieron por miedo a que este se volviera un fanático religioso.
Lléveme al número trece de la calle tristeza, esquina agonía que allí moriré' Obligado por Fania All Star ofreció un concierto, en marzo de 1993, en el Madison Square Garden. Carcomido por el sida, su aspecto era lamentable: medio rostro paralizado, renco y casi mudo.
El 19 de junio de 1993 Héctor Lavoe se fue con su música a otra parte: como el lindo clavel, solo quiso florecer, y enseñarnos su belleza, y marchito perecer, todo tiene su final' 1