Las peleas de gallos son un negocio redondo. En una sola noche, una gallera puede realizar hasta 40 peleas y las apuestas por combate van de ¢20.000 a ¢100.000.
Sin embargo, si el gallo es famoso por dar “buenas peleas” y si el dueño tiene el dinero, las apuestas pueden llegar a ¢1 millón, confirmó la Asociación Nacional de Criadores de Gallos.
Pero esos montos son solo un “detalle” de todo el dinero que se mueve alrededor del “deporte de los caballeros”, como los criadores lo califican.
Las apuestas se negocian de dos formas: de dueño a dueño (el juez es quien entrega el dinero al ganador) y las que se hacen entre aficionados (aquí no hay control de los montos de las apuestas).
“En una sola noche he visto reunidos a 680 aficionados en el ruedo”, aseveró Alexánder Pinto, vocero de la Asociación, la cual dice tener 5.000 afiliados.
Dicha organización se dio a conocer el pasado 14 de mayo en un campo pagado en el que anunció que luchará para legalizar las peleas, prohibidas por ley desde 1922.
La vigilancia también es parte del negocio. En las mejores galleras se contrata seguridad privada y cuidacarros porque llegan muchos con vehículos de alto costo.
“Yo una vez vi a un tipo en una gallera con guardaespaldas porque andaba en un maletín ¢5 millones”, relató Antonio Van Der Lucht, asesor jurídico del Servicio de Salud Animal (Senasa), entidad que persigue esta actividad ilegal.
En lo que va del año, Senasa ha desarticulado 14 negocios clandestinos y decomisado 436 aves.
La entidad se basa en denuncias para los decomisos. “Las personas han denunciado más de un tiempo para acá”, dijo Van Der Lucht.
En poco tiempo, agregó, con base en la ley de Senasa, se aplicará una multa de ¢2 millones.
Estos criadores alimentan dos veces por día a las aves, las llevan (con un mecate amarrado de su pata) a tomar sol y a caminar para que alcen vuelo y se ejerciten. Además, limpian y fumigan las jaulas y están pendientes de las vacunas.
La alimentación consta de una mezcla conocida como “ la pelota”, constituida por maíz amarillo, miel, zanahoria, cebolla morada, chile dulce, garbanzos, huevos, millo rojo y blanco, trigo y vitaminas.
“Solo el saco de 42 kilos de maíz amarillo me cuesta ¢22.000. Yo gasto 10 sacos por mes”, detalló el médico sin revelar su identidad.
Los antibióticos, vacunas y antiinflamatorios no pueden faltar en ningún criadero. “El 25% de los productos que se venden en las veterinarias son consumidos por los galleros”, según Pinto.
“Uno tiene que cuidarlos bien porque van a ser combatientes. Al año y dos meses, se les cortan la cresta y barbas. Este procedimiento se hace sin anestesia, pero a los gallos no les duele”, dijo el médico.
La a incluye establecimientos construidos con
“Las más organizadas son las más atractivas. Las apuestas son mejores, si llega bastante gente”, comentó Van Der Lucht, quien añadió que un juego de espuelas de carey (fundamental en las peleas de gallos) ronda los ¢40.000.