Es una afección en la piel de solo 2 ó 3 centímetros, pero un simple forúnculo en la pierna puede dejar a una persona sin caminar durante varios días.
Son más conocidos como diviesos o “nacidos”; lesiones en los folículos de la piel –donde nacen los vellos– causadas por la bacteria estafilococo .
Pueden producirse por diversas prácticas que dañan la piel, como utilizar la misma navaja de afeitar en más de una ocasión, o usar ropa apretada o prendas de tela sintética.
Los forúnculos, como se les dice en dermatología, no se contagian, pero la bacteria del estafilococo sí puede pasarse de una persona a otra con solo entrar en contacto con la piel afectada.
El doctor Carlos Álvarez, jefe de la clínica de dermatología del Hospital San Juan de Dios, asegura que las personas que utilizan plásticos y fajas para sudar más, son propensas a desarrollar estos problemas en su piel.
Las defensas bajas también pueden originar esta afección; así como el piquete de algunos insectos, pero estas dos causas son mucho más difíciles de tratar.
Aunque son muy semejantes a una espinilla, se pueden diferenciar por el tamaño y el dolor que causan al infectar la piel.
Cuando se forman en la ingle o en las zonas genitales, pueden doler tanto que obligan al afectado a guardar reposo, pues el roce puede provocar un incremento del malestar.
“Un divieso nunca aparece solo”, afirma el doctor Álvarez. Cuando la persona encuentra el primero en su piel, es probable que se le manifieste la enfermedad en otras partes del cuerpo e, incluso, podrían unirse varios y causar una infección severa.
Para librarse de los forúnculos, el especialista recomienda utilizar jabones antisépticos, evitar la reutilización de rasuradoras, lavar la ropa que entra en contacto con la parte afectada, rehuirle a las prendas muy ajustadas y utilizar toallas limpias.
Aunque en muchas farmacias recomiendan el consumo de antibióticos para eliminar el problema, el dermatólogo asegura que hay casos en los que este tipo de medicamento deja de ser efectivo, pues no llega hasta el problema que lo causa y solamente controla la infección.
Su recomendación es que la persona acuda a una consulta médica. Los diviesos suelen sanar por sí mismos cuando tienen un tamaño normal, pues la mayoría drenan sin mayores intervenciones a una semana de su aparición. Sin embargo, si miden más de 3 centímetros de diámetro, lo mejor es provocar ese drenaje en una clínica.
Según Álvarez, no hay estadísticas sobre la incidencia de esta enfermedad en el país, pero la frecuencia es alta.