EE.UU. (New York Times). La era de los éxitos de taquilla, de presupuestos enormes, acción y cargados de efectos especiales, llegó.
Desde hace años, los estudios han estado cambiando sus recursos hacia lo que se ha llamado cintas de gran éxito (que ganan mucho dinero durante años), es decir, cintas con presupuestos enormes cuyo propósito es que los estudios compensen las que no son tan rentables.
Nunca antes había sido tan intensa la competencia por atraer a los jóvenes ansiosos de espectáculos y a un público internacional en aumento, dicen analistas.
“De las películas caras de acción y animación, nunca habíamos tenido un verano en el que les fuera bien a más de nueve, y a menudo fueron menos. Este verano se estrenan 17 éxitos de taquilla entre mayo y julio, 19 si se agrega agosto”, dijo Doug Creutz, analista senior de medios y entretenimiento en Cowen & Co.
El fenómeno de los exitazos también agrada a Wall Street y a los inversionistas porque significa que los grandes estudios hacen menos películas, pero dominan una mayor parte del total de los ingresos en las taquillas.
“Ha sido una estrategia inteligente”, dijo Michael Nathanson, un analista de medios y director administrativo en Nomura. “Hacen menos películas, controlan los costos y han estabilizado al sector. Eso es atractivo para Wall Street. Es una estrategia coherente que se puede articular para los inversionistas. Es probable que los estudios no estén creciendo mucho, pero no son el niño problema en declive que fueron cuando reventó la burbuja de los DVD”.
Historial de éxito. De las 15 películas que han recaudado más de $1.000 millones, todas tuvieron grandes presupuestos y todas, salvo por tres ( Avatar, Titanic y Alice en Wonderland ) eran cintas de franquicias; y sólo se podría considerar a Avatar como material original.
Se atribuye al estudio Time Warner de Warner Brothers la invención del enfoque (y sus películas de Harry Potter son algunas de las más exitosas del género). Pero hoy se ve a Disney, la franquicia y éxito de taquilla por excelencia, como el practicante más entusiasta y exitoso.
Al adquirir Pixar, Marvel y, el año pasado, Lucasfilm, Disney ha gastado miles de millones de dólares en comprar la propiedad intelectual de otros, y lo que espera será la base de generaciones de futuros de éxitos de taquilla. Falta ver si esta audaz apuesta reditúa finalmente, pero Marvel en Disney despegó en un comienzo firme.
Por ejemplo, Iron Man 3 de Disney se estrenó en mayo y ya está en las filas de los miles de millones de dólares.
Para Disney, 2015 será una prueba crucial de la estrategia. Este año, el estudio planea otra cinta de Star Wars , una secuela de Avengers , una Pirates of the Caribbean 5 y una secuela de Finding Nemo , de Pixar.
El problema. Para algunos, como el muy admirado cineasta Steven Soderbergh, esta lógica es fallida porque, como cualquier estrategia de inversión que carece de diversificación, es grandiosa mientras funciona; hasta que deja de funcionar. Disney tuvo que amortizar $200 millones, considerados la mayor pérdida que haya habido de una sola película, después del fracaso en taquilla de John Carter , un exitazo muy anticipado el año pasado, a la que, en general, hoy se critica por ser demasiado original, entre otros problemas.
“Creo que la idea de que si le lanzas dinero suficiente, la gente va a presentarse, aun si es una película mala, sólo está pidiendo perder dinero”, dijo Creutz.