Ian Spelling
Hollywood Watch. The New York Times Syndicate.
“No tenía un plan de juego cuando entré en la actuación, aparte de ser famoso y tener muchas mujeres”, dice Don Cheadle riendo. “Pero eso cambió y se transformó en poco tiempo”.
Ahora de 42 años, Cheadle se ha elevado a un ritmo constante en las filas de Hollywood.
Empezó con papeles pequeños en trabajos perfectamente olvidables –tuvo el papel de trabajador de Juicy Burger en Moving Violations (1984) y fue uno de los protagonistas de la brevísima The Golden Palace (1992-1993), serie derivada de Golden Girls –, pero pronto consiguió papeles más grandes en mejores obras.
Tuvo un papel recurrente en Picket Fences (1993-1995) y fue una de las estrellas en las películas Boogie Nights (1997), Mission to Mars (2000), Traffic (2000) y Ocean's Twelve (2004).
El actor la hizo en grande en 2004 tanto con Crash como con la inolvidable Hotel Rwanda .
Fue uno de los productores de la segunda, que ganó el Oscar a la Mejor Película, y recibió una nominación al Mejor Actor por su actuación en la primera.
Y ahora está en medio de una ajetreada racha, en la que estelariza junto con Adam Sandler Reign Over Me , volverá a trabajar con George Clooney en Ocean's Thirteen y con Ralph “Petey” Greene, en la cinta Talk to Me .
“Tuve mucha suerte, ya que, aunque no me hice famoso desde un principio, sí conseguí mujeres luego”, dice Cheadle, entrevistado por teléfono desde su casa de Los Angeles.
“No, es broma. En realidad uno nunca siente que ya llegó, y creo que, si lo sintiera, se detendría. Definitivamente no estoy satisfecho. No quiero decir que no estoy complacido. Simplemente no estoy saciado: no estoy en un punto en el que pueda decir que he hecho todo lo que quería hacer y me puedo relajar”, dice.
“Creo que el éxito significa que, a cualquier edad, pueda echar una mirada retrospectiva y decir que he tenido una carrera larga y una obra grande”, agrega el actor.
“Eso es para cuando tenga 70 años o algo así. No quiero que el negocio me retire, quiero retirarme yo del negocio. También, en muchos casos, lo peor que nos puede pasar es hacerlo de inmediato y quemarse o consumirse”, afirma.
“Así que creo que lo que ha pasado ha sido un ascenso a un ritmo con el que puedo tomar aire y detenerme para apreciarlo. Es como cuando escalamos el Everest, que hay que tomarse periodos de descanso. Y ojalá que pueda seguir ascendiendo”. comenta.
El trabajo actual de Cheadle es Reign Over Me , programada para estrenarse en Estados Unidos el 23 de marzo. Él y Sandler interpretan a dos excompañeros de cuarto en la universidad, cuyas respectivas vidas tomaron caminos muy diferentes. Alan (Cheadle) es un exitoso dentista felizmente casado, mientras que Charlie (Sandler) es un tipo profundamente perturbado cuya vida se le derrumbó cuando su esposa e hijos murieron en los ataques terroristas del 11 de setiembre del 2001.
Ambos actores se entendieron muy bien desde el principio, dice Cheadle, pero el libreto del escritor y director Mike Binder necesitó trabajo para que pudiera avanzar.
“El libreto en realidad estaba cambiando continuamente y se modificaban muchas cosas. Pero entre Mike, Adam y yo, lo seguimos trabajando. Fue una de esas cosas en las que sentí, cuando ya estábamos rodando, que sería algo valioso y no solo algo que hubiera leído y pensado que tenía que hacerlo”, afirma Cheadle.
“Lo que me gusta es que Alan tiene una fiebre persistente que lo devora, y tiene cierta insatisfacción con su vida”, comenta.
El actor agrega que “hay muchas cosas acerca del personaje, quién es y de dónde viene, cuáles son sus esperanzas y sus sueños, que en realidad no entran en la historia. Pero no creo que ser un dentista de Park Avenue fuera lo que él realmente aspiraba ser y su vida cambia en el momento en que Charlie entra por la puerta”.
“Otra cosa que me gusta de la historia es que no es un gesto altruista el que tiene Alan hacia Charlie para sacarle de su rutina o darle una vida mejor”, agrega.
“Charlie es una distracción y saca a Alan de su propia rutina, y trata de involucrarse en la vida de Charlie es un gesto tan egoísta como cualquier otro. Es cuando se involucra en la vida de Charlie cuando empieza a darse cuenta de que él es un amigo y alguien por quien se interesa”, comenta.
Es quedarse corto decir que Sandler no es ninguna monedita de oro. Algunos cinéfilos piensan que sus comedias son hilarantes y lo apoyan por probarse en el drama en películas como Punch-Drunk Love (2002) y Spanglish (2004).
“Siempre me cayó bien Adam. No lo había conocido antes, pero cuando lo conocí pensé que era alguien con quien podría pasar ocho semanas en un foro trabajando en algo”, dice el actor.
“Me metí en esto para tener la oportunidad de interpretar un montón de personajes diferentes y probar un montón de cosas diferentes. Yo creo que las cosas se demuestran en la práctica. Si él puede hacerlo, puede hacerlo”, continua.
Cheadle regresará de nuevo a la pantalla el 8 de junio, esta vez con Ocean's Thirteen . En el tercer viaje de Ocean , Danny Ocean (George Clooney) y sus compinches –interpretados por Cheadle, Matt Damon, Elliot Gould, Bernie Mac, Brad Pitt y Carl Reiner, entre otros– la emprenden contra el malévolo propietario de un casino (Al Pacino).
“Estoy harto de estos tipos. Clooney dice lo mismo. Es mutuo. Vamos, ya es suficiente. Es la quinta película que he hecho con George. Como que ya basta, ¿no? No, la verdad es que siempre es bueno volver a ver a esta gente”, dice riendo.
Y por último, busque a Cheadle el 20 de julio en Talk to Me , de Kasi Lemmons. El estelariza este drama como Ralph “Petey” Greene, un personaje de la radio de la vida real que provocó ondas en Washington en los años sesenta. En la película participan también Cedric “the Entertainer”, Chiwetel Ejiofor, Mike Epps y el no menos famoso Martin Sheen.
“Estoy muy emocionado con esa cinta. Es una película muy interesante sobre un periodo muy interesante, excelentes trajes y estupendos peinados. Petey fue un personaje emblemático y en realidad se convirtió en la voz de la ciudad en ese tiempo”, dice.
“Yo no sabía nada acerca de él antes de leer el libreto. Pero su historia es importante y sin la persistencia de Kasi Lemmons, nunca se hubiera concretado. Ella le tenía fe y se aferró, y logró todos los contratos que permitieron que se produjera”, dice.