Pekín. AP, EFE, AFP. China mantuvo vigilancia sobre dos bombarderos B-52 desarmados de EE. UU. que el martes incursionaron en la nueva zona de seguridad aérea establecida por la nación asiática, reconoció ayer el Ministerio de Defensa.
“Las Fuerzas Armadas chinas vigilaron todo el proceso (de vuelo), procedió en un plazo adecuado a la identificación y estableció de qué tipo de aviones estadounidenses se trataba”, indicó el Ministerio.
El comunicado agregó que los B-52 fueron vigilados por más de dos horas mientras volaban en la zona del mar Oriental de China.
La nota no mencionó eventuales represalias, aunque se trató de un claro desafío a la decisión anunciada el sábado por Pekín de establecer unilateralmente un espacio de defensa aéreo en esa zona marítima, que incluye el archipiélago de las islas Senkaku, en administración de Japón, pero reclamadas por China, bajo el nombre de Diaoyu.
Con el vuelo del martes, Estados Unidos subrayó su intención de no cumplir las exigencias chinas para que los aviones que transiten por la nueva zona se identifiquen, pero las autoridades de ese país aseguraron que se trató de una misión de entrenamiento y no una respuesta a la decisión china de reafirmar su soberanía sobre las islas deshabitadas de Senkaku.
Biden a Asia. El asunto será abordado con mandatarios de la región asiática por el vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, en su viaje la próxima semana.
“Esta visita a China crea una oportunidad para que el vicepresidente discuta directamente con autoridades en Pekín este tema, exprese nuestras preocupaciones directamente e intente aclarar las intenciones chinas al tomar esta decisión en este momento”, dijo un alto funcionario de la Casa Blanca.
Biden iniciará su travesía el lunes en Japón, donde se citará con el primer ministro Shinzo Abe. Luego, en China, su agenda incluye un encuentro con el presidente Xi Jinping y terminará el periplo en Corea del Sur para reunirse con la mandataria Park Geun-hye.
Aliados. Mientras, el secretario estadounidense de Defensa, Chuck Hagel, habló ayer con su homólogo japonés, Itsunori Onodera, para asegurarle que su país considera como parte del pacto de seguridad que tiene con Japón a las islas en disputa con China e integradas en la nueva zona de defensa aérea.
Así, EE. UU. respaldaría a los nipones ante una agresión militar.
Hagel aseguró que la medida tomada por China “es potencialmente desestabilizadora” y “una acción unilateral para cambiar el statu quo de la región que incrementa el riesgo de malentendidos y fallos de cálculo”.