Acelerar vacunación en verano es clave para pronta reactivación

Salubristas aconsejan ‘correr’ en esta época para proteger a la mayor cantidad de personas, pues lluvias siempre traen repunte de casos

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

La vacuna contra la covid-19 es la llave para la reactivación del país tras un año de paralización y confinamiento casi total.

La vacuna es, además, otra evidencia del profundo impacto que tiene un evento originalmente circunscrito al sistema de salud y su interconexión con el desarrollo de una nación: desde la calidad de la enseñanza, el fomento del empleo y la pobreza, hasta cómo se tomen las decisiones en los poderes del Estado.

En Salud Pública, a esto se le llama ‘determinantes sociales de la salud’. Y es por esta razón que, para referirse a la covid-19, se hable ahora más de una sindemia que de una pandemia.

Por eso, para epidemiólogos, salubristas y estadísticos resulta estratégico que las autoridades de Salud aceleren la vacunación aprovechando el verano, una época cuando usualmente caen las infecciones por diferentes causas y los hospitales están más desahogados.

“En el corto plazo, todo va a depender de la velocidad con la que se pueda llevar a cabo la campaña. El principal efecto será la reducción de la mortalidad y las hospitalizaciones. Si se logra vacunar a una alta proporción de población vulnerable en los próximos tres meses, vamos a ver una reducción importante”.

“Se supone que aproximadamente un 86% de las defunciones que se han observado hasta ahora son en personas de 55 y más. Si se logra una cobertura alta, se esperaría una reducción de alrededor del 80% a partir de junio”, proyectó Gilbert Brenes Camacho, director del Centro Centroamericano de Población (CCP), de la Universidad de Costa Rica (UCR).

En el CCP, han llevado el pulso a todas las causas de muerte y morbilidad en el país, y han registrado reducciones por enfermedades infecciosas en época seca.

“Para Costa Rica, con esas coincidencias tan particulares que tiene, y con su sistema de salud fuerte, es una época ideal para aumentar la cobertura”, reiteró Brenes.

Es algo que el ministro de Salud, Daniel Salas Peraza, reconoce cuando promete avanzar durante el primer trimestre.

“El grupo dos (personas de 58 años y más, con factores de riesgo) representa el de la mayor mortalidad y tasa de ingreso hospitalaria. Vamos a avanzar bastante.

“Hoy (23 de febrero), que se empezó con los adultos mayores en varias partes del país, tiene que llenarnos de mucho positivismo”, afirmó el jerarca.

Ya hay evidencia científica que dice que el sol, el viento y los espacios abiertos son puntos a favor contra muchos virus, no solo el SARS-CoV-2.

“Todo eso ayuda a que no haya una transmisión tan efectiva del virus, mientras las condiciones se mantengan como ahora: con una apertura gradual, con gente que ha aprendido a convivir con el virus y se está portando medianamente bien”.

“Si a esto le unimos la vacunación completa del grupo uno y una parte del grupo dos, podríamos esperar una reducción de casos severos y críticos, y también de muertos de abril en adelante, no así en los casos diagnosticados”, afirma el epidemiólogo Juan José Romero Zúñiga, de la Universidad Nacional (UNA).

Todo depende de que la vacunación alcance un buen ritmo. Si se logra acelerar ese paso, afirma Romero, en el segundo semestre se observará un máximo de cinco a diez hospitalizaciones diarias y 300 casos confirmados nuevos.

Retroceder, ¡jamás!

La covid-19 se ha transformado en una carrera de resistencia para todos.

A pesar de que el horizonte se vislumbra con menos enfermos y muertes, no hay que retroceder en las medidas básicas de autocuidado, personal y comunitario, aconseja la directora de la Escuela de Salud Pública de la UCR, Gabriela Murillo Sancho.

“La emergencia ha fortalecido la promoción y educación para la salud, con el cuidado personal de la población, con promover una vida más saludable y un ‘sentirse bien’. El país ha hecho esfuerzos importantes, y esto nos da esperanza para el 2021″, manifestó Murillo.

El más reciente informe sobre el comportamiento en la tasa de reproducción del virus, de la Escuela de Medicina de la Universidad Hispanoamericana, concluye que, entre marzo y noviembre del 2020, la tasa de mortalidad en el grupo de personas de 65 años y más fue de 2.350 por millón de habitantes.

“Viene siendo14,5 veces superior a la del grupo de 20 a 64 años (160,8 por millón), y 580 veces superior a la tasa de los menores de 20 años (4 por millón).

“A un año de la pandemia en Costa Rica, la disminución en el número de casos para el 2021 llegó al 68,8%. Para la última semana de febrero, el promedio diario de pacientes infectados fue de 324 casos, 18 menos que la semana pasada”, indica el informe.

El médico epidemiólogo de esa universidad, Rónald Evans, explica que esa reducción de un 68,8% en Costa Rica es un fenómeno también registrado en Estados Unidos y Europa.

“Probablemente, se deba a la mecánica propia de las pandemias y a los efectos de las medidas de mitigación aplicadas. El Dr. Ryan, alto personero de la OMS (Organización Mundial de la Salud), advierte de que no se debe confiar en que tal descenso proseguirá. Más bien, sugiere que una tercera ola podría sobrevenir en cualquier momento, por lo que no hay que descuidarse”, advirtió Evans.

Otra vez: esto no ha acabado

Daniel Salas ha repetido, una y mil veces, que la pandemia no se ha acabado: “No podemos decir que vamos a aforos de 100%, a no usar mascarilla... Todavía no estamos en esa fase”.

“En el segundo semestre, cuando ya logremos vacunar al grupo dos, esto nos quitará mucho estrés y angustia, pero eso tampoco nos va a dar permiso para cosas masivas, aunque sí nos da tiempo para ampliar algunas actividades y más desahogo”, manifestó el ministro.

Sin embargo, los impactos a mediano y largo plazo en el campo sanitario están por verse, a pesar de la vacunación.

Gilbert Brenes, director del CCP, pronostica un efecto diferencial muy importante por grupos de edad en la mortalidad.

“Lo que preveo es que la covid-19 no tenga un impacto tan fuerte en la esperanza de vida al nacimiento (80 años para ambos sexos). Posiblemente, en Costa Rica siga creciendo la expectativa de vida, pero sí se verá un descenso en la expectativa a la edad de 65 años, que no se había visto antes”, dijo Brenes.

El director del CCP también augura un impacto en la discapacidad de los adultos mayores. Entre los sobrevivientes, dijo, ya se está hablando a nivel mundial de secuelas en enfermedades renales, pulmonares y neurológicas.

“El sistema de salud tendrá que pensar en el mediano plazo cómo atender a esa población”, advirtió.

En el Centro Centroamericano de Población, esperan otro impacto negativo en lo que se conoce como el gradiente económico en la mortalidad, que hasta antes de la pandemia había hecho destacar positivamente Costa Rica en el contexto mundial.

El efecto del gradiente socioeconómico en Costa Rica, medido con estudios realizados, entre otros, por el demógrafo Luis Rosero Bixby, indica que aquí la probabilidad de muerte en población de menor nivel socioeconómico es parecida o incluso menor que la personas de estrato alto. Es algo que no se ve en todos los países.

Esto se atribuye a varias causas, explicó Brenes. Una, a que el sistema de salud es bastante democrático y llega prácticamente gratis o a un costo económico bajo a toda la población.

“Pero con la covid esto puede cambiar porque se ha visto que las defunciones por esta causa están asociadas con el hacinamiento, a malas prácticas de convivencia, y puede ser que esto nos vuelque la tortilla.

“Se sabe que hay un efecto en los estratos más bajos, como se ha visto en Alajuelita, Pavas o La Uruca. Esto también tendrá un impacto a mediano plazo: esta ventaja en el gradiente socieconómico podría cambiar”, explicó Gilbert Brenes.

Para lidiar con esas y otras consecuencias que se enfrentarán a partir de este segundo año pandémico, es importante caminar en inmunización y en las prácticas de autocuidado personal y colectivo.

“Muchos de los retos para el periodo 2021-2022,miran también hacia un abordaje muy comunitario, y ahí las municipalidades jugarán un papel estratégico”.

“Podemos tener las mejores intenciones en el ente rector o la Caja (Costarricense de Seguro Social), pero el quehacer de los gobiernos locales será fundamental”, advirtió Gabriela Murillo Sancho.